Escritor

Seguimos sin conocernos. ¿Cómo explicar que alguien oculte un cuchillo? Es inexplicable, y máxime tratándose de un anciano, eso sí, que tuvo la profesión de carnicero. ¿Hay que llegar a la conclusión que el carnicero oculta hasta su muerte un cuchillo para hundírselo al ser que juró amar apenas cinco días antes...? Bueno pues la sociedad, en lugar de buscar la forma de educar para que no se repita, cree que la culpa siempre es de lo obvio, de la ocultación, que no fue buscada. Ahora mismo el que está pasando los peores momentos es el director de la residencia geriátrica de Almendralejo en la que se ha producido el crimen de un loco que entre sus designios ocultos, uno de sus objetivos era el de matar, y no a un ser cualquiera, sino al amado, porque haciéndolo desaparecer cumplía con su misión, que no es otra que ese ser único no pudiera ser compartido por otro. ¿Cuántas veces sacando filetes de ternera soñaría con ese momento de hacer lo mismo con la amada? ¿Cuántos años se habrá hecho acompañar de ese cuchillo con la hoja de quince centímetros? Además, imposible de encontrar, porque si en una residencia de ancianos el cometido de enfermeros y cuidadores es el de buscar cuchillos en los armarios o en los lugares más personales e íntimos de las personas, es que estamos inmersos en una sociedad de locos y extremistas. En el caso de la residencia de Almendralejo, se da la aceptación de un matrimonio con antelación al suceso, y la verdad es que uno se pierde entre los entresijos de los hechos. Porque quién le iba a decir a Dios que el hombre que le iba a echar un borrón tan tremendo como es el del asesinato de Abel a manos de Caín. Aznar nos ha llevado a la guerra de Irak, consciente de que con este acto lo que pretendemos es hacerle un bien a la humanidad, pero entre Afganistán e Irak, van noventa muertos.

¿Cómo vamos a pensar que detrás de una boda hay un asesinato casi de inmediato, y encima con un Otello viendo fantasmas por todas partes? Esto nos obliga a intuir, que es nuestra asignatura pendiente. La intuición es un arma de defensa, pero se usa poco, porque el ser humano casi siempre se deja llevar por el corazón. Que es lo que le pasó a los votantes de Aznar. Y les pasará con Rajoy. Zapatero es imposible que guarde un cuchillo de quince centímetros en su armario .