WLwas inversiones de capital extranjero en España se han reducido progresivamente del 10% al 5% desde 1990 hasta hoy. Una parte de esa merma responde a un fenómeno ampliamente descrito: el capital vinculado a las manufacturas, además de elegir la estabilidad política y social de un país, busca mano de obra barata. Y eso, hoy, lo aportan los países del Este que se han incorporado a la Unión Europea hace un año.

Pero la explicación es parcial, porque los datos de Funcas (la fundación que elabora estudios para las cajas de ahorros) aportan otra precisión más importante: las grandes inversiones de todas las multinacionales, en los últimos años, están concentradas en la misma Alemania y buena parte de los países fronterizos con ella. Es un indicio de que hay otra división de Europa de la que se habla menos, la que desplaza su eje de crecimiento hacia el área alemana frente a las economías del sur, incluidas Francia, Italia y España.

El agravante español es que aumenta de forma alarmante el déficit de la balanza por cuenta corriente; es decir, cada vez importamos más productos fabricados fuera. Y empezamos a importar ahorro extranjero para financiar nuestro progresivo endeudamiento.