Más ganas. Más ilusión. Más experiencia. Más madurez. Más tolerancia y más generosidad que nunca... Con estos mensajes cerró ayer su discurso de investidura el candidato a la presidencia de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en un ejercicio de mano tendida que a buen seguro lanzó como un guiño a la complicidad de una Asamblea que le conoce bien desde hace veinte años. Y sin despejar más incógnitas de las justas, habló en clave del corto plazo para anunciar, entre otras medidas, la instalación de una refinería, la gratuidad de los medicamentos para los menores de catorce años y la creación de un Consejo Regional de Desarrollo Rural. Pero fueron crisis como la de Cetarsa o el problema de la vivienda lo que permitieron al candidato socialista entrar en faena con la oposición, en los turnos de réplicas.

Y si el debate fue extenso en el tiempo, no menos la dureza dialéctica que empleó Ibarra con el líder de la oposición, Carlos Floriano, muy al contrario del tono que usó para hacer frente a Manuel Cañada, de IU. Desde la oposición, la contundencia vino de la mano de las críticas a la tasa de paro, aunque no del todo bien armadas. Entre tanto, Carlos Floriano lanzó también un mensaje de futuro, pero en este caso con la mente puesta para dentro de cuatro años.