Ninguna guerra puede justificarse y muchas podrían evitarse. La guerra siempre es la ausencia de paz; la ausencia de guerra no siempre garantiza la paz. El hecho de que el ser humano se sienta amenazado le provoca una inquieta aflicción que le impide vivir en paz. Un sátrapa puede tener temeroso y acobardado a su pueblo incluso en periodos de paz. A veces ese pueblo se subleva y con un poco de suerte consigue acabar con el régimen tiránico, gracias a que el ejército toma una decisión neutral, como ha ocurrido en Egipto y Túnez. O con menos suerte, el déspota, dueño y señor del ejército, termina enfrentándose a los sublevados y se origina una guerra civil, como ha ocurrido en Libia. Esta guerra se ha enquistado de tal manera que anunciaba su final con un genocidio por parte de Gadafi , dispuesto a masacrar a todos los rebeldes que aún resistían a sus ataques. Para impedir este genocidio anunciado por Gadafi, el Gobierno de España ha decidido participar en la guerra de Libia, posicionándose con un grupo de países, con la aprobación de la ONU y todos los parlamentarios españoles, excepto tres.

Esta nueva guerra de Libia está siendo comparada con la guerra de Irak por un sector de la ciudadanía, quienes no ven diferencia entre una y otra, y echan de menos aquellas manifestaciones que se produjeron entonces en contra de la guerra. Sí, guerra fue la de Irak como lo es la de Libia.

Con respecto a Irak, España no se unió a otros países para intervenir en una guerra, sino apoyó a EEUU e Inglaterra, que invadieron Irak y provocaron la guerra. No obtuvieron el consentimiento de la ONU, ni el consenso del Parlamento y expusieron una justificación ficticia: armas de destrucción masiva. Irak no estaba en guerra como Libia, varios países metieron a capricho a los iraquíes en guerra. ¿Cómo no manifestarse contra eso?

¿Ahora qué hacer con Libia?: ¿Ver impasibles por televisión como son asesinadas impunemente miles de personas, o intervenir para impedir que Gadafi cometa un genocidio? ¿Cómo manifestarse contra esto último?