Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar. Con el refrán han saltado las alarmas en el marco europeo tras la intervención en Irlanda por parte de la UE, anuncio de disolución del parlamento y convocatoria de elecciones. Es el segundo país intervenido, después de Grecia, de la lista de cuatro que forman el PIGS: (Portugal, Irlanda, Grecia y España, siglas que en inglés significa cerdos) Las medidas a aplicar por el Gobierno irlandés son idénticas a las impuestas a los griegos a mediados de año: Ley en la que se introduzca una escala tributaria progresiva y la cancelación de créditos presupuestarios de la reserva de imprevistos, la mayoría del presupuesto destinado al subsidio de solidaridad; un recorte de las pensiones más elevadas; la reducción de las pagas de Semana Santa, verano y Navidad de los funcionarios y la supresión de éstas a los pensionistas; aumento del IVA, aumento de los impuestos al tabaco, carburantes y alcohol y reducción de 500 millones de euros en inversión.

El próximo en el punto de mira es Portugal, con serias dificultades para hacer frente a su deuda y que por mucho que está intentando recortar con acuerdos entre Gobierno y oposición se prevé que no aguantará el sufrimiento de la prolongación de la crisis en unos meses más. Portugal lo tiene mucho más fácil, pues cuenta con varios activos que le ayudarán a planificar su economía de forma sostenida en poco tiempo, pero no se salvará de la aguda crisis que afecta a su Administración pública.

Todos se esfuerzan en señalar en el marco europeo, sobre todo nuestro Gobierno, que España no es Irlanda. Lo mismo dijo de Grecia en el verano: España no es Grecia. Pero España sigue estando en la lista de los PIGS, las medidas aplicadas hasta ahora no son suficientes, el crecimiento del 0,2% del PIB es irrisorio, el aumento del desempleo catastrófico, y los recortes aplicados por el Gobierno son considerados por el Ecofim como la calderilla de lo que tiene que reducir. España no despega y su índice de valoración en el mercado ha caído alarmantemente. Si nada lo remedia, tras Portugal le tocará el turno a España y ahora sí tendremos que apretarnos el cinturón de verdad; hasta ahora sólo habíamos apretado un agujero.

Zapatero analizará comedidamente lo que supondría esta intervención y todo parece apuntar a un adelanto electoral de unos meses (quizás para septiembre 2011), antes de que el polvorín le estalle en las manos. Con la excusa de los nuevos presupuestos, y para facilitar que un nuevo gobierno asuma todo el desarrollo de la nueva planificación económica, apostará por el adelanto, todo ello si no se ve intervenido el Estado antes y se ve arrinconado por las circunstancias, uniendo las generales a municipales y autonómicas de mayo próximo.

*Asesor en Relaciones

Internacionales y Cooperación.