TPtodría decirse que vivimos tiempos revolucionarios, si al adjetivo le damos una significación metafórico-relativa. Una revolución es el Movimiento 15-M y otra es la organizada en el seno del PSOE tras los resultados electorales de las municipales y autonómicas del 22 de mayo. Ahora mismo se viven o han vivido los intentos policiales del Gobierno catalán de quitarse de en medio el problema en la barcelonesa plaza de Cataluña, con la inmediata adhesión de Esperanza Aguirre para que el Gobierno español haga lo mismo en la Puerta del Sol, ya que la comunidad autónoma de Madrid no dispone de policía autonómica. En seguida salieron todos los pretextos imaginables, desde la limpieza hasta las repercusiones negativas para el comercio de la zona. No saben que las revoluciones no tienen nada contra el pequeño comercio, sino contra los grandes poderes económicos, a los que tratan de sustituir o colocar en su sitio. La spanish revolution seguirá adelante, hagan lo que hagan o digan lo que digan los poderes políticos, económicos y financieros.

Y simultáneamente, la socialist revolution , que tanto divierte a una derecha que no se da cuenta de que lo que está pasando es la mejor vía para que el PSOE y la izquierda reencuentren el camino perdido con la crisis económica y con las elecciones del pasado domingo. Hace tres años, el PP, recién derrotado en las generales por segunda vez, tomó el camino de la solución a su gran crisis, por la vía del puro dedazo, como siempre. Ahora el PSOE tiene que resolver su crisis con menos dedazo y más visión de futuro. Pero con un profundo debate en el que se examinen a fondo las causas del desastre y los motivos por los que la izquierda no ha sido capaz de convencer a los españoles de que la culpa de la crisis no la tienen tanto los gobiernos como los que se han beneficiado de la misma: esos poderes paralelos que están en la diana del movimiento de los indignados. Izquierda y 15-M convergerán a no tardar, pese a que ahora parecen muy distanciados. Porque ambas realidades no pueden sino acercarse.