El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el belga Jacques Rogge (Gante, 2-5-1942), ha arremetido a fondo contra el consumo de drogas en el deporte, durante la reunión mundial que se celebra en Copenhague. Dirigiéndose en especial a EEUU, ha amenazado a los países que no acepten el código antidopaje con la prohibición de organizar JJOO (Nueva York defiende su candidatura para el 2012). Médico cirujano de profesión y exregatista olímpico, Rogge lleva años predicando lo pernicioso del dopaje y del juego sucio: "El deporte será fuerte si la gente cree en él. Si hay dopaje, violencia, corrupción, si se da demasiada importancia al dinero y se pierde el espíritu deportivo, no tendremos futuro".

Sucesor de Samaranch en julio del 2001, Rogge se incorporó al COI en 1991. Presidió con éxito, desde 1994 al 2000, la coordinación de los Juegos Olímpicos de Sydney (temporalmente también llevó la coordinación de los de Atenas previstos para el 2004). No es ningún secreto que gran parte del mérito de su elección al frente del COI es de su antecesor, al que conoce incluso de los veraneos en la Costa Brava (Rogge tenía 10 años cuando su padre empezó a llevarle de vacaciones a Cadaqués, en Girona, donde él ha heredado la casa paterna). "Desde el barón de Coubertin --proclama--, Samaranch ha sido el presidente más grande". Por supuesto.