Jairo

Jairo no va al colegio regularmente, pues su ocupación se lo impide .

El trabajo infantil, independientemente de las condiciones en que se produce, es una clara vulneración de los derechos del niño que debe ser motivo de atención prioritaria para los Gobiernos de los Estados, más aún, el trabajo infantil en ocupaciones peligrosas, que menoscaba el desarrollo físico, emocional e intelectual de los niños.

Jairo trabaja, de forma remunerada, en una actividad enormemente peligrosa .

La Constitución Española, en su artículo 15, establece que "todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, pueda ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes".

Por su parte, la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la ONU y ratificada por el Estado español, establece que los Estados garantizarán en la máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño.

La vida de Jairo corre peligro , como ponen de manifiesto los percances que en los últimos meses ha sufrido, en la actividad laboral remunerada que realiza por decisión de sus padres, sin que, que se sepa, ninguna autoridad española haya iniciado ninguna actuación tendente a garantizar su vida.

El Código Civil español establece la posibilidad de que los jueces priven de la patria potestad sobre sus hijos a los padres que incumplan los deberes inherentes a la misma.

¿Algún fiscal se ha planteado iniciar el proceso para retirar, al menos temporalmente, a los padres de Jairo la patria potestad sobre el menor y que los poderes públicos asuman su educación?

Para quien no lo sepa, Jairo es un niño cacereño de 14 años , que en lugar de asistir al colegio con los niños de su edad, se juega la vida en América ante toros de más de 450 kilos, cobrando lo mismo que cualquier novillero normal , y a quien el periodista, para ayudarle, le habla de usted en la entrevista que el PERIODICO EXTREMADURA publica en su edición del 5 de septiembre.