El exseleccionador de fútbol Javier Clemente es de esas personas que solo algunas veces logra, cuando habla, mejorar el silencio. Sus últimas declaraciones le hacen acreedor del calificativo de bocazas . Ha dicho que le hubiera venido bien para su carrera que un periodista de la Ser hubiera muerto en 1987, cuando sufrió un accidente. Sin palabras.