Apesar de que 10.000 franceses han muerto a causa de la ola de calor de este verano, y de que cientos de cuerpos de ancianos se acumulan en los depósitos de cadáveres porque nadie los reclama, el ministro de Sanidad, Jean Fran§ois Mattei (Lyón, Rh´ne, 14-1-1943), no quiere ni oír hablar de dimitir. El partido de los Verdes, en cambio, considera que Mattei tendría que presentar la dimisión "por respeto a las familias de las personas fallecidas".

Quien sí ha dimitido, forzado a hacerlo, ha sido el director general de Sanidad, Lucien Abenhaïm, al que Mattei responsabiliza de que no haya funcionado la alerta sanitaria. Abenhaïm, que fue nombrado por la socialista Martine Aubry cuando ésta era ministra de Solidaridad y Empleo, ha plantado cara a Mattei replicando en el diario Le Monde contundentemente: "Todas las informaciones recibidas en la Dirección General de Sanidad fueron transmitidas al gabinete del ministro". Los expertos se quejan de que la sanidad en Francia ha sufrido reducciones de presupuesto desde principios de los años 80. Al tomar posesión de su cargo en el Gobierno de Raffarin en mayo del 2002, Mattei, diputado desde 1989, denunció: "Hoy por hoy, cerca del 50% de los hospitales públicos son deficitarios". Si la izquierda no supo fortalecer la sanidad pública, sería casi milagroso que lo hiciera la derecha.