El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista (GPS) en el Congreso, Jesús Caldera Sánchez-Capitán (Béjar, Salamanca, 31-10-1957), perdió anteayer los papeles cuando el jefe de prensa de CiU le precisó que ésta era la tercera fuerza en número de diputados y él, según testigos, vomitó: "Sí, pero en votos es una puta mierda". ¿Qué pensará Zapatero? ¿Cómo le habrá sentado a Maragall, que no gana para disgustos? Poco antes de estrenarse en el cargo, Caldera advirtió: "No hay que buscar la confrontación por la confrontación". Sin duda, él, que pese a su dilatada experiencia parlamentaria (lleva 20 años de diputado y ha sido secretario del GPS), es proclive a los arrebatos, demostró tener propósito de enmienda. Por lo visto, no ha pasado del propósito.

Haría bien Caldera en ir con pies de plomo. En diciembre, el PP pidió su dimisión cuando cometió el error de resumir a conveniencia un documento oficial --que presentó a la prensa-- sobre el naufragio del Prestige. En el 2001, trascendió que su mujer le había acompañado en un viaje oficial a Cuba volando gratis. El culpó a Iberia de no descontarle puntualmente el importe del billete, tal y como había solicitado. En lo que Caldera tiene razón es en criticar la parcialidad de la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, a la que denomina "delegada del Gobierno en las Cortes".