El dolor del Cristo de La Pasión tradicional comparado con el de La Pasión de Mel Gibson es un juego de niños. Eso lo sabe bien Jim Caviezel, el protagonista del filme. James Patrick Jim Caviezel (Mount Vernon, Washington, 26-9-1968) pasó un verdadero vía crucis encarnando al Jesucristo de Gibson. Algunos de sus sufrimientos los exigía el guión, pero no hasta el extremo de aquel brutal latigazo que, pese a su acendrada militancia católica, le hizo blasfemar. "Hago de Jesús --dijo--, pero ahora me siento como Satanás". También le resultó insoportable la lacerante corona de espinas. Por si fuera poco, cogió una neumonía y hubo de hacer rehabilitación como consecuencia de las posturas en la cruz. Al lado de eso, resultó balsámico familiarizarse con el latín oyendo misa diariamente. Antes de La Pasión, ya triunfó en la antimilitarista La delgada línea roja (1999). El ultracatólico actor explicó: "Unos días antes de iniciar el rodaje con Terrence Malick soñé que Dios me enseñaba el camino en el cine. Me mostró el paraíso y las manzanas del mal que no había que coger". Una manzana que no cogió fue una escena de amor con Ashley Judd, que él se negó a rodar en Toda la verdad . Pocos han hecho tantos méritos como Caviezel para ser recibidos por el Papa.

ANGEL SANCHEZ