El Supremo de Estados Unidos, que preside John G. Roberts , ha autorizado la financiación sin límite de los partidos por el capital privado. El cambio normativo deja a la democracia muy supeditada a los poderes económicos, pese a que el Supremo entienda que mantener los límites violaba la primera enmienda a la Constitución, que garantiza la libertad de expresión.