Copito de Nieve es sólo un accidente en mi vida (...) Es una curiosidad de la naturaleza que no tiene demasiada importancia científica", declaraba semanas atrás Jordi Sabater Pi (Barcelona, 2-8-1923), el hombre que se lo regaló al zoo barcelonés en 1966, tras pagar por él a un campesino guineano. Ahora ha publicado Copito para siempre, un libro en el que se despide del animal, próximo ya el "viaje al paraíso de los gorilas".

"Mi vida es mucho más que Copito de Nieve", ha dicho también Sabater Pi. Y es cierto. A él se deben hallazgos como el de que los chimpancés fabrican utensilios para conseguir comida. ¿Cómo ha llegado a la ciencia? Según él, a base de la observación metódica.

A los 17 años, su familia le envió a Fernando Poo para que se ganara la vida de capataz en la plantación de cacao de un pariente. Allí se interesó por el idioma fang --que aprendió con esfuerzo--, por los bosques y por los animales. En 1956 vio por primera vez a los gorilas e intuyó que ya no podría vivir ajeno a ellos. De 1958 a 1969, trabajó de investigador en un centro creado por el Ayuntamiento de Barcelona en Guinea Ecuatorial, y de 1969 a 1985, fue el jefe de primates del zoo barcelonés.

Ya sexagenario alcanzó el reconocimiento universitario como doctor en Psicología. No hacía falta. Los sabios no necesitan licenciaturas.