Como secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández Díaz (Valladolid, 6-4-1950) presentó ayer en el Congreso el nuevo sondeo del CIS, que da más oxígeno al PP y que, según recalcó, aleja de la preocupación de los españoles los espinosos temas de Irak y del Prestige. No obstante, pese a todas las campañas en marcha, Zapatero sigue siendo el líder más valorado. En cuanto a los ministros, los mejor puntuados --con 4,5-- son Rato y Rajoy. El porvenir sucesorio de éste interesa mucho a Fernández Díaz.

Desde que Jorge coincidió en 1991 con Rajoy en la secretaría de política autonómica del PP, se entendió muy bien con él. Tanto que, nada más llegar a ministro de Administraciones Públicas en 1996, Rajoy le hizo su secretario de Estado. Lo mismo ocurrió en 1999 en la cartera de Educación. Y, desde el 2000, ambos trabajan estrechamente en la vicepresidencia primera del Gobierno. Si Jorge es como el primo Zumosol para su hermano Alberto, el peso pesado Rajoy es el Pigmalión de Jorge.

De todos modos, durante estos largos años, Jorge se ha alejado de Rajoy en lo religioso. El que fuera líder del PP catalán y gobernador civil de Asturias (1980) y de Barcelona (1981) se ha convertido en un católico tan a macha martillo, que comulga (y nunca mejor dicho) con el Opus Dei. ¿Es una ventaja o un inconveniente para el futuro?