Como a tantos valores literarios, el editor Jorge Herralde (Barcelona, 20-3-1935) también tenía atado --y bien atado-- al chileno Roberto Bolaño (el autor de Los detectives salvajes fallecido en julio) del que ahora anuncia que publicará cuatro obras inéditas. Si el sello de Anagrama no existiera, habría de inventarse.

Pero Anagrama existe desde que Herralde la creó en 1969 con un capital de 1,3 millones de pesetas gracias a un crédito del colegio de ingenieros (él es ingeniero industrial), unos dividendos de la mítica discoteca Bocaccio y un préstamo a fondo perdido de su padre, un empresario boyante. Este, que murió en 1974 en pleno sobresalto político del franquismo tromboflebítico, le dio el dinero convencido de que Jorge acabaría en la cárcel. A pesar del empeño que puso el juez del Tribunal de Orden Público (TOP) Jaime Mariscal de Gante (padre de la primera ministra de Justicia que nombró José María Aznar), la verdad es que Herralde pudo sobrevivir con éxito a todos los obstáculos políticos y mercantiles.

Concebida como una editorial divulgadora de tendencias innovadoras de pensamiento (desde la antipsiquiatría al estructuralismo), Anagrama acabó editando narrativa española y extranjera (con La conjura de los necios le tocó la lotería). Está Herralde tan satisfecho de sus escritores, que de los vivos sólo se muere por tener a Eduardo Mendoza.