El presidente del Congreso, José Bono , tiene el don de la inoportunidad, y cuando los ciudadanos achacan a los políticos que viven como si no existiera la crisis, pretende reducir de tres a dos los días de la semana que celebre Pleno la Cámara. Ningún grupo parlamentario está de acuerdo con una medida que abundaría en la idea de que los representantes de los ciudadanos trabajan poco.