El gesto despectivo con el dedo del ex presidente del Gobierno José María Aznar a un grupo de universitarios de Oviedo, en respuesta a los abucheos y las críticas por su apoyo a la guerra de Irak, ha merecido una reprobación casi general en España, a excepción del PP, donde Rajoy ha evitado entrar en polémica. Aznar tuvo la oportunidad ayer de pedir perdón pero no lo hizo.