Es muy extravagante, como ha hecho José María Aznar , expresidente del Gobierno, salir en defensa de una figura como la de Gadafi sabiendo lo que ha ocurrido y ocurre en Libia. Pero aún es más disparatado --por usar un calificativo suave-- que vuelva a poner en duda la capacidad del país que él mismo ha gobernado para hacer frente a sus responsabilidades internacionales.