Pocos alcaldes extremeños han inducido en sus pueblos en tan poco tiempo un dinamismo social y cultural del calibre del logrado por José Vicente Granados en Pescueza. Un ejemplo es el Festivalino, que ha logrado atraer a un municipio de menos de 200 habitantes a un grupo del nivel de La Oreja de Van Gogh, además con una causa social como es la plantación de 8.000 árboles.