Sociólogo

La campana del inicio de la carrera electoral, tanto municipales, como autonómica, está a punto de ser tocada en breve, aunque ya se observa un cierto tufillo electoralista en algunos eventos celebrados y publicaciones que estamos recibiendo periódicamente en nuestros buzones de correo postal. De hecho, resulta evidente con una mera hojeada entre los titulares que nos presentan los periódicos, radios y televisiones que operan en territorio extremeño, para detectar que estamos inmersos en un ambiente pre-electoral, que nos hace respirar con cierto nerviosismo cívico ante la confección de programas y listas electorales, y algún golpe de efecto con sorpresas de última hora.

Entonces, ya metidos en estas próximas campañas electorales empezaremos a recibir mensajes a diario de boca de los candidatos en estos procesos electorales, con propuestas ilusionantes para la ciudadanía, contradictorios entre miembros de partidos, ofensivos hacia el adversario político, e incluso, demagógicos en ciertos aspectos políticos de alcanzar ese poder institucional, anhelado por todos los que concurren en este juego democrático, tan vital para el funcionamiento de nuestro sistema político.

Igualmente, la ciudadanía también se movilizará en próximas fechas ante tales llamamientos partidistas, participando en los muchos mítines electorales programados en plazas, parques, casas de cultura, colegios, polideportivos, e incluso, plazas de toro, como si el coso taurino diera cita a sus fieles partidistas, para el debido cumplimiento de una serie de ritos catárticos y efervescentes que nos "ponen las pilas", para ese tiempo de cuaresma electoral.

Dicho todo esto, quisiera alzar mi voz desde este atril, para recordar a nuestros posibles y futuros representantes políticos en las distintas instituciones públicas en elecciones, que tuvieran en cuenta los intereses generales de los jóvenes de hoy, entre otros sectores de la población extremeña. Evitándose hacer demagogia con propuestas electoralistas encaminadas a generar puestos de trabajo, favorecer el acceso a la vivienda, mejorar la educación y la formación..., puesto que a la larga suelen perjudicar a esos líderes y sus formaciones políticas ante las urnas electorales.

La estrategia clave para evitar estas situaciones indeseables entre electores y elegibles en este proceso de sufragio democrático, resulta tan sencilla y útil, como reconocer la importancia de esos actores, que aún siendo la parte más joven de nuestra ciudadanía, hay que atenderla y cuidarla como se merecen, en aras a fomentar la asunción de los valores democráticos como propios.

Quizás estas palabras puedan sonar demagógicas en este momento, pero quisiera recordar ciertos acontecimientos socio-políticos muy desafortunados que son una realidad emergente en distintos puntos geográficos próximos a nuestro país y a Extremadura, como parte de nuestra civilización occidental. Me refiero a la coyuntura política que se puede describir en algunos países y regiones europeas en las que existe un estado generalizado de apatía y descrédito hacia la política y sus dirigentes, manifestado por parte de sus ciudadanías, más o menos jóvenes, generando altas cifras de abstencionismo electoral, y que bien es aprovechada por líderes de formaciones políticas con dudosa orientación ideológica, poco acordes con las libertades democráticas. No quisiera crear falsas alarmas sociales, pues por suerte la actual generación de jóvenes afirman de forma categórica, estar convencidos sobre la Democracia como el mejor sistema político en el que convivir. A pesar de esta opinión mayoritaria, pocos son los miembros de esta cohorte juvenil que militen en formaciones políticas, al preferir estar vinculados y comprometidos con su participación activa en todo tipo de ONG. Por tanto, sí quisiera advertir entre nuestros representantes públicos, la mayor o menor incidencia histórica que puede conllevar sus próximas decisiones y actuaciones políticas, para generar inquietudes entre la población juvenil para desempeñar tan noble tarea, en favor del bienestar general.

Ojalá todos los candidatos tomen buena nota de las opiniones y demandas que puedan ofrecerles los jóvenes en distintas materias, en el marco de aquellos encuentros electorales que se produzcan desde ahora hasta el próximo día 23 de mayo, días previos al ejercicio de nuestro derecho al voto, como expresión de participación democrática. Y que al día siguiente y sucesivos se tengan en cuentan las circunstancias que rodean al joven del siglo XXI, para ir haciendo un balance positivo de cualquier acción de gobierno.