En esta bendita, por querencia o por nacencia, región quizá hemos vivido demasiado tiempo interpretando de hecho el "semos ansina..." de Chamizo, en clave de resignación. Por eso seguramente seguimos a veces teniendo el sentimiento de derrotismo, del conformismo, del "a ve..." (qué le vamos a hacer) ante propuestas nuevas, muchas veces ilusionantes y factibles. O mirando, como mínimo, con recelo a quien tiene la osadía de pensar, ponerse al día y proponer. Y sin entrar, Dios me libre, en el meollo de la cuestión, personalmente me suena bien eso de hacer una revolución, un pacto, con los jóvenes. Y no es que el político, como el periodista, como... disponga de patente de corso o bula especial cuando dice, razona, propone... y haya que creerle a pie juntillas, sino porque hay cosas que, vengan de donde vengan, muchas veces tienen buena pinta. Luego, ya veremos pero demos por lo menos el margen de cortesía necesaria. ¿Por qué me suena bien? Seguramente los jóvenes, su actual mundo/entorno humano y tecnológico, están sin comprender por algunos de los ya no tan jóvenes.

Porque, de perogrullo, ellos son el futuro. Su y nuestro futuro. ¿No vamos a intentarlo?

*Periodista