El pasado jueves, 22 de junio, se celebró en el Palacio de Congresos de Mérida la entrega de premios de un concurso dirigido al colectivo de jóvenes extremeños ejecutado en colaboración con los dinamizadores de los Espacios para la Creación Joven. La iniciativa (en esta segunda edición) está relacionada con ese término que por desgracia nuestro presidente ha puesto tan de moda en boca de sus siervos: la imaginación para que lo repitan como auténticos papagayos en cualquier acto o evento público. Consistía básicamente en imaginar la Extremadura del futuro, la Extremadura del año 2030.

Según el balance que relató el director general de Juventud, el 95% de los proyectos presentados hacían referencia a la óptima situación en la que se encuentra nuestra comunidad autónoma, mientras el 5% restante interpretaba la involución en la que se encuentra sumergida la región. Dadas las circunstancias de éste 5%, las propuestas presentadas iban dirigidas a solucionar o cuando menos paliar las situaciones problemáticas de nuestro territorio sugiriendo algunas alternativas muy interesantes.

XPARECE SERx que la convocatoria de este concurso no contempla la posibilidad de premiar percepciones críticas con la realidad extremeña, el reconocimiento de una región deficitaria en materias como sanidad o educación, la afirmación de una juventud precaria y dependiente de su núcleo familiar, la escasez de salidas profesionales, la explotación laboral, los siniestros laborales, la falta de alternativas al ocio y al tiempo libre, la necesidad de un tejido industrial sólido, entre otras muchas críticas .

Si partimos de esta base sectaria por parte de aquellos que representan a las instituciones públicas en Extremadura estaremos negando los evidentes déficits que los jóvenes sufrimos en nuestras propias carnes. Pues bien, de lo que se trataba era de los siguiente: defender una Extremadura que se encontraba en una situación óptima pero que además podía llegar a ser mejor y más competitiva en el año 2030, que aplaudiera las políticas practicadas por el Gobierno actual, olvidando que los jóvenes nos vemos condenados a sufrir la inestabilidad y temporalidad laboral, el difícil acceso a una vivienda digna, entrar de lleno en el fenómeno de la emigración a otras regiones del país, la siniestrabilidad laboral, la dependencia de los padres derivada de la escasez de recursos económicos debido a la precariedad en la que nos situamos, el paro laboral, la condena perpetua al encadenamiento de cursos de formación y perfeccionamiento para ser más competitivos en el mercado laboral, las ataduras a hipotecas vitales, la explotación y el acoso laboral, la falta de tejido industrial donde incorporarnos, la baja tasa de natalidad por parte de las parejas más jóvenes en contra de su voluntad, etcétera.

Esta es la realidad en la que los jóvenes extremeños nos encontramos y no la de la imaginación, ni la de la creatividad, ni la de los emprendedores, ni la de la ilusión- Los jóvenes exigimos soluciones a este gobierno de la pasividad, este gobierno que nos da la espalda cuando más lo necesitamos, este gobierno que se preocupa más de favorecer y beneficiar a sus amigotes que de facilitar alternativas y soluciones a los problemas reales, este gobierno que se preocupa más por apostar por las industrias del siglo XIX que por ofrecer apoyo y alternativas a los colectivos más vulnerables. Abran los ojos y dejen la prepotencia y el engaño a un lado, vuestros discursos son vanos y demagogos, no convencéis a nadie. ¡Queremos que se nos escuche!

*Responsable de Movimientos

Sociales del PCEX (Partido Comunista de Extremadura)