TLta vida mata y con la muerte enseña. Y así mientras vivimos nos parece natural tener un amigo excepcional sin percibir en toda su grandeza el privilegio de contar con su cariño, su alegría contagiosa, su gusto por la vida, su capacidad de disfrute, su comprensión, su preocupación atenta y constante por el bienestar de los demás. Con naturalidad disfrutamos de él hasta que "un hachazo invisible y homicida" se lo lleva. Y cuando ya no hay consuelo, nos damos cuenta de la salvaje enormidad de la pérdida. Golpeados entonces por el dolor nos apetece abandonarnos a la pena, sin más. Pero no. Porque él no lo hubiera aceptado. Porque el tiempo que lo tuvimos a nuestro lado y que ahora sabemos que fue demasiado breve, encaró la vida con fortaleza y con la alegría profunda de quien es feliz pues está conforme consigo mismo y pasa entre los otros haciendo el bien. Sus amigos sabemos que hay que seguir y le decimos uno a uno y en voz baja, como dijera el obispo en su funeral: "tú no morirás porque yo te amo". Y aunque la vida mata, el amor es una fuerza poderosa que certifica que más allá del dolor y de la muerte permanece el recuerdo y la certeza alegre de que aquella bondad entrañable, aquella confianza sabia, aquella laboriosidad constante sin darse importancia tienen sabor a eternidad. Paradójicamente, el dolor de su pérdida enorme que se agiganta porque él era una persona extraordinaria nos deja en el alma la conciencia clara de que mientras estuvo entre nosotros fue un regalo, que supo tener la palabra adecuada para animarnos en el momento justo, para el que estar a gusto era que lo estuvieran los demás, que veía siempre el lado bueno de las cosas y cuya compañía deliciosa fue un lujo. Ahora que se ha ido sentimos la tragedia de su ausencia pero junto al dolor, que el tiempo irá mitigando, nos quedará la imagen luminosa de su sonrisa limpia, de su risa amable, de su bondad inmensa. Su memoria será siempre alegre porque es lo que él hubiera querido, lo que seguro quiere. Y el mejor homenaje que podemos hacerle es seguir su ejemplo.