El traumatólogo extremeño Juan José Domínguez , que ha estado durante tres semanas en Haití prestando ayuda a centenares de personas afectadas por el terremoto, afirma en una entrevista con este periódico que su contribución solo se paga con la risa de los niños a los que antes les había hecho llorar por el dolor que les causaba al curarlos. El resumen de una dura experiencia.