La Asociación de Desarrollo de la Comarca de Alcántara acaba de tener una magnífica idea: ha incluido en el libro Un paseo por las dehesas del Tajo una recopilación de juegos antiguos, desde las canicas hasta el aro. Son juegos que los adultos de la comarca disfrutaron y les sirvieron para aprender a convivir y que, precisamente por eso, deberían ser difundidos entre los niños de hoy. El tipo de juegos marca muy expresivamente la distancia de los tiempos: hace pocas décadas no se concebía que un niño jugara solo; era una anomalía, una rareza; hoy es común que el niño se relacione sólo con el ordenador. Hemos hecho de la anomalía la normalidad.