Luis del Olmo buscó la continuidad de temas entre la estancia de Aznar en Libia y las detenciones ordenadas por Garzón en España de miembros de Al Qaeda, extensibles a Bin Laden. Ironizó Raúl del Pozo: "A Garzón se le queda pequeño el mundo. Después de Bin Laden puede procesar a Bush y a Aznar (murmullo desaprobatorio). El verano pasado publicó un artículo en El País en el que acusaba prácticamente a Aznar de crímenes de guerra. Ha escrito 690 folios, que son tres novelas durante 10 años, y él sólo ha necesitado dos". Puso calma José Antonio Gómez Marín: "Yo he apoyado la acción de Garzón en Argentina y Chile. Sin él, nadie habría juzgado a los criminales de aquellos países. Pero en este caso, EEUU no es Argentina ni Chile, tiene sus medios y garantías procesales. Sí estoy de acuerdo en que se procese a la trama de Al Qaeda en España, incluido el famoso periodista --el corresponsal de Al Jazira Taysir Alony--. Pero hay que recordar lo que dijo Celso: ´la justicia, para ser justa debe ser verosímil".

Protestó Fermín Bocos: "Nos parece normal que la economía esté globalizada, pero no que en España haya un juez que ante la sospecha de que se han cometido delitos como los preparativos de atentados apunte a la cabeza de la trama". Y replicó a Gómez Marín sobre EEUU: "No olvidemos Guantánamo". Se intuía que Del Olmo no estaba cómodo y él mismo lo confirmó: "Me resulta penosa la opinión de muchos compañeros sobre el juez más cojonudo que tenemos. Con tres garzones bastaría...". Y cada uno añadió el para qué.