El laberinto español tituló Gerald Brenan, hispanista inglés que vivió en Málaga la guerra civil, a su libro, uno de los primeros ensayos serios que indagaban en las causas y desarrollo de la contienda. Por su parte, Max Aub tituló El laberinto mágico a su gran saga novelística sobre la guerra de España.

La guerra civil siria, que va por su sexto año, es un laberinto aún más intrincado, con varios minotauros sueltos y ningún hilo de Ariadna para encontrar la salida. Junto a muchas diferencias, hay también paralelismos entre ambos conflictos. Bachar el-Assad, sabedor de su impopularidad, reaccionó en 2011 con brutalidad desproporcionada a las protestas en su país, declarando la guerra a gran parte de su propio pueblo, que reaccionó armándose en distintos grupos.

Como la rebelión de Franco habría fracasado sin la ayuda militar de Italia y Alemania, Assad habría tenido que capitular ante el Consejo Nacional Sirio de no ser por la ayuda que le están prestando Rusia e Irán.

De modo similar a cómo la República española, maniatada por no recibir ayuda de las democracias europeas, finalmente recibió de la Unión Soviética armamento suficiente para resistir, pero insuficiente para tener opciones de victoria, la oposición siria, que esperaba una ayuda como la que Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos aportaron a los rebeldes libios contra Gadafi, se ha visto decepcionada: recibe ayuda suficiente para sobrevivir, pero no para imponerse frente al apoyo cada vez más contundente de Rusia al gobierno de Damasco, que gracias a éste acaba de someter totalmente Alepo, sin respetar hospitales ni civiles.

También se entiende que Assad, tras ver el destino que corrieron Gadafi o Sadam Husein, rechace cualquier paso atrás. Cuando las barbas de tu vecino veas pelar...

No hay nada más cruel que una guerra fratricida y suele ganar quien obra de manera más despiadada.

En el bando franquista se utilizaron como fuerzas de choque a mercenarios marroquíes, mientras en la retaguardia los señoritos falangistas daban tiros en la nuca a hombres desarmados.

En el bando republicano, los comunistas, con una mentalidad ya militar, fueron los que mejor se organizaron y pasaron de ser un partido minoritario a dominar a los mayoritarios socialistas y republicanos, gentes más pacíficas. De modo similar, mientras los rebeldes que aún combaten se endurecen cada vez más, los sirios que podrían colaborar en la construcción de un país pacífico intentan huir del infierno y refugiarse en Europa, donde, como los refugiados españoles en 1939, son acogidos con más odio que afecto.

* Escritor y profesor