Lo ocurrido la noche del jueves en el centro de Cáceres, con la celebración de ´botellones´ en la plaza Mayor, alentados por los actos musicales con motivo de las fiestas patronales, viene a corroborar la debilidad de una norma frente a la fuerza de la costumbre, la misma que ha llevado a que durante la última década este enclave urbano haya sido el escenario de los excesos nocturnos. La aplicación de la ley del ocio ha posibilitado que este tipo de conductas encuentren nuevos escenarios en el último año. Lo ocurrido el jueves en Cáceres reitera la necesidad de insistir en el control para que no se vuelva a situaciones del pasado. Habrá que velar porque el esfuerzo empleado en este tiempo no caiga en saco roto.

Fue también el jueves y en Cáceres. Pero otro escenario. Varios desconocidos destrozaron una de las composiciones que adornaban la fuente luminosa, instaladas en el marco de la feria de arte Foro Sur. El lamentable estado en el que quedó hace imposible su recuperación. Este tipo de salvajismo intenta echar por tierra el esfuerzo de quienes han trabajado duramente por lograr que Cáceres brille como una ciudad para la cultura, pese a unos pocos, que se empeñan en lo contrario.