Si las lesiones la respetan, la gimnasta Laura Campos (Calamonte, 13-09-88) habrá pasado en sólo nueve años del parquet de los polideportivos de Mérida a representar a España en la próxima Olimpiada de Atenas.

Atrás quedan nueve años de duro trabajo y de mucho sacrificio para este "rabo de lagartija", como la define su madre Manoli Prieto antes de añadir que "ahora está mucho más centrada y no es tan inquieta como antes".

Laura Campos es gimnasta por casualidad, porque su madre la apuntó en Calamonte a clases de ballet, donde su profesora detectó buenas cualidades para la gimnasia. En este mundo, comenzó en la rítmica antes de que la entrenadora de casi toda su carrera, Chelo Llera , la recuperara para la gimnasia artística.

De casta le viene al galgo, pues su padre y su hermano fueron futbolistas. La familia, que ya tiene las entradas para Atenas, será su principal apoyo en la Olimpiada, donde su entrenadora le vaticinó que llegaría cuando sólo tenía seis años. Aunque, por entonces, seguro que Laura no sabía de qué iba la cosa.

Su localidad natal se paralizará ante el televisor del 15 al 22 de agosto. A la vuelta de Atenas, sea cual sea su resultado, será merecidamente homenajeada en Calamonte. Lo importante era llegar. Y Laura ha llegado.

JOSE ANTONIO REINA