Soy joven y en innumerables ocasiones me he visto humillada, menospreciada y subestimada. Ya estoy harta de que a todo joven se le manipule como si no tuviese ni voz ni voto en esta sociedad. Este fin de semana, como todos, he vuelto a ser testigo de una patética situación que un fin de semana tras otro se viene repitiendo: la línea de autobús al ferial. Se nos ha prohibido hacer botellón en el casco urbano para evitar el deterioro de la ciudad y se nos ha llevado nuestro sitio de ocio lejos de la misma contando con opiniones en contra. Puesto que la zona de botellón está lejos, ¿por qué no se nos facilitan las comunicaciones para llegar a dicho lugar? Es posible que pretendan que nos conformemos esperando a un autobús cada media hora, siendo empujado por cientos de personas agolpadas y llegando a casa con alguna que otra magulladura o secuela. He visto adolescentes tiradas en el suelo descalzas y pisoteadas, jóvenes enfurecidos cuyo único deseo es coger el autobús... Muchas personas al ver que la capacidad del coche llega a su límite, optan por otras alternativas. Principalmente, el servicio de taxis, cuyos coches no pueden permitirse la gran mayoría todos los fines de semana. En segundo lugar, ir a pie teniendo en cuenta que no existen aceras ni zonas peatonales, sólo arcenes y descampados, lugares que no son muy seguros. Por último, el coche privado. Privilegio que pocos pueden disfrutar y que supone un riesgo serio teniendo en cuenta que estamos hablando de ir al ferial a hacer botellón. En fin, aunque jóvenes, somos ciudadanos indignados que exigimos cierta seguridad y servicios dignos.Laura Hidalgo AguilarCáceres