CRITICA AL PP

Mérida y la subidade impuestos

Antonio M. Olivas Salguero

Mérida

El pasado día 29, se ha celebrado Pleno Municipal en el Ayuntamiento de Mérida. Como punto estrella el Plan de Saneamiento Económico y Financiero para el 2009, 2010 y 2011.

La polémica fuerte se centró en la subida de impuestos, que son 43 y solo suben 5 en un porcentaje inferior al IPC.

Pilar Vargas, portavoz del PP en el ayuntamiento, hizo un discurso amnésico, sin mirar para atrás y ver que su partido, cuando llegó al gobierno municipal en 1996, aguantó un año sin subir los impuestos, pero en 1998 los subieron de forma escandalosa para el bolsillo de los emeritenses, y en especial de los industriales. Por ejemplo, la basura para discotecas, círculos de recreo y análogos, pagaban 33.765 pesetas en 1997, y en 1998 la subieron a 60.000, un 77% más. Los cafés, restaurantes y pubs, en 1997, 33.375 pesetas, y en 1998 subieron a 40.000, un 19%. Para los particulares, en M. Auxiliadora, Nueva Ciudad, Abadías, Zona Sur, etcétera, pasaron de pagar 5.275 pesetas en 1997, a 10.945 pesetas en 1998, casi un 100% más. La matrícula en el Conservatorio pasó de 3.300 pesetas en 1997 a 4.500 pesetas en 1998, un 37% más. Las bodas civiles, de ser gratis, a 10.000 pesetas en 1998, y un largo etcétera.

El PP debería afrontar la travesía del desierto de esta legislatura con más humildad y menos soberbia, pensando que os emeritenses no han perdido la memoria.

Por cierto, se ha repartido una hoja del PP donde se dice que "Calle regresa al marxismo" y que "ha fichado a jefes de servicio de la Junta, colocándolos en el ayuntamiento como comisarios políticos". ¿Saben lo que están diciendo señora Vargas?, ¿saben lo que es un comisario político?

Tranquilícense, por favor.

LA POLEMICA DE LA REINA

Monarquía decorativa

Pedro Serrano Martínez

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Las declaraciones de la Reina en el libro La Reina muy de cerca han provocado un intenso debate sobre si la Reina debe posicionarse o no políticamente sobre cuestiones controvertidas que tienen que ver con el normal ejercicio y desarrollo democráticos.

Sin embargo, aunque es esclarecedor conocer la opinión de la Reina, el debate no debería ser si la familia real debe hablar, estar callada o ser neutral; el debate sincero debería ser si queremos seguir manteniendo una monarquía decorativa o si debemos prescindir de ella sin hipocresías.

Es cierto que la aceptación --como mal menor-- de la monarquía parlamentaria, en aquellos momentos difíciles de la transición, fue útil para recorrer el camino de la dictadura a la democracia; pero, aun así, ¿está justificado que un monarca sea el jefe de un estado democrático con carácter vitalicio y hereditario, aunque su poder sea sólo representativo y simbólico? ¿No es ya el momento de reformar la Constitución para que tras la muerte del Rey pongamos fin al apaño monárquico de la transición?

Una democracia que se precie no puede justificar privilegios hereditarios a ningún ciudadano; y si así se hace llamémosle otra cosa, pero no democracia.

CRISIS ESCONOMICA

No caer en los errores de Japón

Antonio Casterá Brugada

Correo electrónico

Han bajado de nuevo los tipos de interés hasta el 3,25%, pero por otro lado el diferencial con el euríbor se incrementa, pese a que ya ha bajado sustancialmente en los últimos meses --actualmente está en el entorno del 4,701%--. Por el contrario, el Ibex 35 ha caído y no tiene visos de recuperarse a corto plazo; la tasa de desempleo está ya por encima del 11,3% de la población activa. Visto lo anterior, está claro que el Banco Central Europeo está buscando reactivar la economía --importándole, ahora sí, más bien poco la inflación-- pero los efectos no se están produciendo, sobre todo por la desconfianza que hay entre bancos a prestarse dinero y estos a prestarlo a sus clientes. Tenemos un ejemplo de país que padeció y padece, salvando las distancias, la misma crisis inmobiliaria y los mismos efectos consecuentes: bajada de tipos de interés a discreción. Su nombre es Japón, su tipo de interés está en el 0,3% y su consumo estancado desde el principio de los 90; el cual representa en la economía OCDE del entorno del 70% del conjunto del PIB. Por tanto, habrá que tomar medidas fiscales (bajadas de impuestos) y monetarias (inyección de liquidez y avales controlados, transparentes y generadores de empleo) complementarias al tipo de interés- y a ver qué pasa.