Lectores

1 de cada 4 compromisarios no votó a Monago

Felipe Manuel Martín

Badajoz

Haciendo un repaso general a la noticia sobre los votos obtenidos por José Antonio Monago como nuevo presidente del Partido Popular de Extremadura, en especial a las que se han difundido a través de las páginas digitales de distintos medios de comunicación de Extremadura y de fuera de Extremadura --que no de todos--, donde se resalta que ha sido elegido con el apoyo del 90% de los compromisarios, y dado que no todos los medios indican que "de los compromisarios que asistieron", o, por ejemplo "de los que votaron", cabría hacer otra lectura más exacta: Monago ha sido elegido con el voto a su favor de 3 de cada 4 compromisarios del Congreso.

Teniendo en cuenta que los compromisarios al Congreso eran 528 personas y votaron 433, de entrada 95 de los mismos no ejercieron por el motivo que fuera su derecho al voto. En porcentajes, votó el 82%, y no votó o estuvieron ausentes (no lo sé, me limito a opinar) el 18%. Y de ese 82% de votos emitidos, 387 lo fueron favorables a la elección de Monago como nuevo presidente del PP de Extremadura, 43 votos lo fueron en blanco, y 3 nulos.

Conclusión final: en votos de los compromisarios que asistieron y ejercieron su derecho de elección, es cierto que ha sido elegido con el apoyo del 90% (por redondear) de los mismos, pero en votos de los compromisarios totales del Congreso, sólo obtuvo el apoyo del 73,30% (74%, por redondear).

Suerte en todo caso al recién elegido nuevo presidente del PP de Extremadura, más aún si es por el bien de Extremadura y de los extremeños, aunque políticamente no comparta su proyecto.

LA OBRA ´EL ANGEL DE LA LUZ´

El grito de libertadrompió el silencio

Joaquín García Mayo

Correo electrónico

El 5 de noviembre en Alburquerque donde reside la compañía de teatro Al Suroeste Teatro, SL presentó por primera vez la obra de teatro El ángel de la luz , del dramaturgo Miguel Murillo, basada en una historia real que le había contado hacía algún tiempo un viejo contrabandista en una taberna de Campomayor (Portugal).

La obra cuenta la represión de la dictadura de Salazar en Portugal; los tres años de la guerra civil española, y los 36 años restantes de represión franquista en una época en que el silencio era lo más aconsejable y seguro para poder llegar a la meta deseada en que se interrumpiera el silencio con el grito de la libertad.

El argumento de la obra, basado en el silencio como garantía para conservar la integridad física en una época en que la vida de un ser humano valía menos que la de un conejo, se escuchó durante toda su interpretación en un a su vez silencio casi sepulcral de los asistentes.

Hasta el final de la representación en que aquel silencio fue roto por los espectadores con atronadores aplausos y vivas a los intérpretes, al darse cuenta que el silencio de tantos años había pasado a mejor vida y que ahora vivíamos en tiempos de libertad para expresar y aplaudir libremente lo que queramos.

Espero que en todos las localidades de España y Portugal donde se represente el El ángel de la luz , las personas de cierta edad que la vean volverán a recordar todos aquellos años de silencio que sufrieron durante tanto tiempo.

LA CUMBRE DEL G-20

Fracaso diplomático

Lorenzo de Ara Rodríguez

Correo electrónico

Es una buena noticia. Lo es a la fuerza. España no podía estar ausente de esa cita histórica que, a lo mejor, cambia el rumbo de los acontecimientos económicos. Nuestro país estará en una cumbre con voz y voto. Pero estará después de una peregrinación por el sinuoso y aciago camino de la mendicidad diplomática. Zapatero no estará gratis. El presidente español sabe que ha conseguido algo muy sencillo después de quemar sus naves y poner en serio peligro la dignidad del pueblo español. Nunca antes un presidente se había arrastrado tanto para salir en la foto. Esa es la realidad. No hay otra. Lo que en un principio se trata de una excelente noticia para España, lamentablemente también se ha convertido en un ejemplo de precariedad diplomática de nuestro famélico gobierno. No es un éxito de Zapatero. Y si lo es, el éxito no le supondrá un rédito internacional. La voz pensante y la que sin duda tiene protagonismo es la de Sarkozy. A él le debe Zapatero su presencia y que el nombre de España esté donde tiene que estar. Ese es otro fracaso.