Lectores

Cumbres infructuosas

Pedro Serrano Martínez

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Las cumbres que, como la última celebrada en Poznan, persiguen el objetivo de reducir las emisiones contaminantes, siempre terminan lo mismo: acuerdos de mínimos y aplazamientos. Mínimos que apenas se cumplen y aplazamientos que postergan las soluciones.

Ante esta farsa llena de buenas intenciones y deseos, los ciudadanos sólo podemos sentir desconfianza, desaliento y frustración. Mientras las emisiones aumentan de forma alarmante, las soluciones se aplazan de forma irresponsable.

De modo que tenemos un serio problema. Y el problema es que todos los países quieren crecer y enriquecerse sin cortapisas; y que nadie, usted y yo tampoco, estamos dispuestos a renunciar a las posibilidades de consumo y disfrute que nos brinda la modernidad y el desarrollo.

Por tanto, los hoy presentes en el planeta, tenemos ante nosotros un gran reto; y este reto no es otro que vencer nuestras propias contradicciones. Desde el lado más inteligente, responsable y generoso, queremos salvar nuestra especie del desastre; y desde el más torpe y egoísta nos decimos: a los que vengan detrás, ¡qué les den!

CAMINO DE LA DEPRESION

Sin medidas que lo eviten

Javier Lasunción

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Los presupuestos del 2009 fueron vetados por el Senado, después de que el propio ministro de Economía, Pedro Solbes, aceptase, sin rubor, que "los parámetros base sobre los que están realizados han quedado desactualizados". Dichos presupuestos se han aprobado luego, inexplicablemente sin cambios, en el Congreso, en un entorno de crisis financiera y laboral encaminado hacia la depresión. Los ciudadanos siguen sin ver el dinero, temerosos de encontrarse en la cola del Inem y luchando por pagar sus hipotecas. De los 11.000 millones de euros del último plan de reactivación del Gobierno, alrededor de 8.000 millones se van a destinar a continuar con el obsoleto modelo de gasto público de los ayuntamientos; o sea, que no servirán para corregir los fallos estructurales de la economía española y será como echar más leña a un fuego que se apaga irremisiblemente. No parece que preocupe al presidente del Gobierno el incremento del déficit público de forma gigantesca, pues se pagará en unos años solo de una forma: subiendo los impuestos. Tampoco parece inquietar al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, cuya más destacada declaración reciente iba encaminada a rehacer la fórmula de cálculo del número de parados. España puede ganar la Eurocopa de fútbol y ser la primera potencia tenística, pero ninguna de nuestras universidades está en el ránking de las 200 primeras del mundo. Los debates sobre educación no pasan de la asignatura de Educación para la Ciudadanía o de si hay que quitar o no el crucifijo en los colegios. Y todavía no se ha visto una sola medida destinada a fomentar la iniciativa empresarial privada.

MERCANTILIZACION

El descanso dominical

José Moñino

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Ayer fue domingo, 21, me levanté tarde, estuve en misa, tomamos una cerveza un grupo de amigos, comí con mi familia y después salimos a dar una vuelta. El descanso dominical fue durante mucho tiempo una reivindicación obrera, el 12 de diciembre de 1903 el Congreso de los Diputados aprobó la Ley del Descanso Dominical (hace 103 años). Hoy la triste realidad es una vuelta al siglo XIX, sobre todo en estas fechas, regreso a la sociedad de las 24 horas de producción y consumo. La apertura en domingos y festivos de grandes superficies y supermercados no es un signo de libertad, sino otra forma de esclavitud. Tanto los sindicatos como los obreros-ciudadanos que compramos un domingo somos cómplices de que no haya un día común de descanso. Importante para las relaciones, amistad, familia, cultura, religión, dimensiones de la vida que hay que cultivar y preservar de la mercantilización.