IRREGULARIDADES

El agua tibia de Chávez

María Alonso

Correo electrónico

No pretendo faltarle el respeto a nadie, pero la denuncia de Luis Herrero acerca del proceso electoral venezolano que le costó la expulsión del país no es otra cosa que descubrir el agua tibia, como se dice en Venezuela, o la sopa de ajo, como se dice en España. Hablamos de un sistema electoral que lleva años bajo sospecha y cuyas irregularidades han sido denunciadas reiteradamente. Hasta el momento, las denuncias siempre las ha hecho la oposición venezolana, y se interpretan como un intento para desprestigiar al gran hombre y justificar un hipotético golpe de Estado o acaso uno de esos supuestos intentos de magnicidio que tanto le gusta denunciar a Hugo Chávez. Algunos no necesitamos ir muy lejos para verificar las continuas irregularidades que comete el Consejo Nacional Electoral (CNE). Hace 10 años que vivo en España y por tanto no voto desde 1998. Las autoridades siguen sin permitirme cambiar mi centro de votación, y aunque la legislación venezolana determina que deben ser dadas de baja del registro electoral las personas que no han sufragado en dos elecciones consecutivas, sigo de alta en dicho registro. ¿A quién creen que asignan mi voto elección tras elección?

RELACION CON NUESTROS HIJOS

A propósito de lamuerte de Marta

Chema Tovar

Cáceres

Esta semana nos hemos vuelto a encontrar con la desagradable noticia del asesinado de una joven a manos de sus compañeros, lo que hoy hemos dado en llamar violencia de género. Por desgracia no ha sido la primera ni será la última víctima, si a ella sumamos las adultas que han sido asesinadas por sus parejas y maridos, las cifras año tras año son cada vez más espeluznantes.

Un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de San Diego sobre una población de 8,6 millones de jóvenes entre 12 y 17 años revelaban que uno de cada tres están involucrados en conductas delincuenciales o experimentan problemas emocionales, incluyendo peleas, robos, manejar automóviles bajo la influencia del alcohol y droga, faltar al colegio, sentirse deprimido e intentar herirse o suicidarse deliberadamente.

Uno de cada ocho pueden padecer depresión y en niños uno de cada cinco experimenta un problema mental de conducta o emocional.

La tasa de suicidio ha aumentado en un 200% en la última década, siendo la tercera causa principal de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años. Y mucho más alarmante la sexta en niños entre 5 y 14 años.

Todos estos datos no hacen sino constatar que en algo nos estamos equivocando padres y educadores, les estamos dando una vida sin sacrificio. La falta de autoridad, respeto y valores brillan por su ausencia pero creo que los culpables del detonante de todo ello somos los padres, educadores y gobernantes.

Bien harían nuestros políticos en consensuar leyes que por una parte protejan a los jóvenes de toda la información putrefacta como de igual manera ser un poco más duros a la hora de sentenciar a jóvenes después de actuaciones como las sufridas por Sandra Palo, Marta del Castillo... Y nosotros, padres y educadores, en esforzarnos en formar a nuestros hijos en valores que nos dignifiquen, siendo coherentes en nuestras actitudes y comportamientos ya que ellos a pesar de su juventud no son tontos ni ciegos.

Educador social.

PROPUESTA POPULISTA

Bajar impuestos entiempos de crisis

Enrique Olaso García

Correo electrónico

Es curioso que los mismos que proponían bajar impuestos en tiempos de bonanza ahora se apunten a la misma medida cuando nos azota la crisis. Pero ¿no son esos mismos los que suplican sin vergüenza que se apoye al sistema bancario, o que se desregularice todo, incluido el mercado laboral, los controles administrativos-? Pues miren a dónde nos han llevado desregularizaciones y falta de control acompañados de avaricia sin límite y falta de ética a raudales.

Las propuestas de bajadas de impuestos en tiempos electorales son fáciles recursos de populismo individualista. Que se lo pregunten a Zapatero y sus 400 euros. Es mucho más fácil rebajar el contrato social que fortalecerlo.

Sin embargo, el colchón que supone un Estado fuerte es una garantía de bienestar mínimo para todos y de equilibrio social. Me siento orgulloso de nuestro sistema educativo y de nuestro sistema sanitario, de los de ayuda social- y miro con envidia a las sociedades que han logrado aumentar sus niveles de protección.

Si, por el contrario, se disminuyen las reglas, garantías y controles ¿quién va a ser el garante de la confianza que necesitamos todos (especialmente el sistema económico y financiero)? y ¿Quién va a asumir un comportamiento anticíclico cuando vienen mal dadas si no es una administración fuerte y con recursos?...