FUMAR EN LOS BARES

¿Y la libertad?

Olegario Viñuales

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Antiguamente, en cualquier reunión de hombres y mujeres se fumaba tranquilamente y si se cargaba el ambiente se abría la ventana. Actualmente exigen que se prohíba fumar en todos los lugares públicos, bares, restaurantes, etcétera. No sabemos convivir, respetar los condicionantes de los demás. Tanto hablar de libertad y de democracia y exigimos como si a las personas pudiéramos cambiarlas por imperativo categórico, queriendo que sean como pensamos nosotros que deberían ser. Me parece que llegan a ser histéricos y esquizofrénicos, teniendo múltiples sitios sin humo donde poder estar, exigen que los demás no puedan ir a ningún bar. Pretenden quitar el humo del interior y provocan llenar de colillas el exterior. ¡Pobres barrenderos!

REPERCUSIONES DE LA CRISIS

El paro maquillado

Juan Lozano Oliva

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mTras año y medio de continuo aumento del paro, este empieza a dar señales de descenso, justo seis días antes de la celebración de las elecciones. !Qué casualidad! Claro que si analizamos los datos, resulta que la supuesta reducción del desempleo no ha sido debida a que las empresas se reactiven y contraten más. La escasa disminución ha sido provocada por los trabajos temporales creados por el Gobierno a través de su plan E, que pretende detener la destrucción de empleo en los municipios con la promoción de la obra pública. El Gobierno no está creando riqueza, sino puestos de trabajo artificiales que le permiten maquillar las cifras del paro. Así no se fomenta la economía productiva, sino que propicia vivir subsidiado unos meses a costa del Estado.

ENFERMEDADES MENTALES

Familias sin ayudas

José M. Vergés

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Las familias con un enfermo mental sufren el aislamiento de la sociedad, y en muchos casos de la misma familia. De niños los compañeros de clase se aprovechan de ellos y los van rechazando hasta que se quedan solos. Ya de adultos, y en el momento de incorporarse al mundo laboral, los empresarios no les dan ninguna oportunidad. Todavía hoy estas enfermedades siguen estigmatizadas y consideradas como una lacra social sin posibilidades de recuperación e integración. La sanidad pública no utiliza las nuevas técnicas de diagnóstico y tratamiento, ya que son consideradas de elevado coste, y suministrar fármacos resulta más económico. El cansancio, la fatiga y el estrés que sufren las familias que cuidan a un enfermo mental se transforma con el tiempo en una gran incapacidad para organizar la vida al margen del enfermo. El Estado nunca ha previsto en el sistema sanitario las necesidades de estos familiares que sufren de por vida, y que nunca recibirán la ayuda suficiente para poder afrontar este problema.

LA REFORMA EDUCATIVA

Las becas del fracaso

Paco Gómez Escribano

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En el Ministerio de Educación, sea cual sea el Gobierno de turno, hay un equipo de gente dedicada a reformar el sistema educativo permanentemente, cuya ineptitud se pone de manifiesto a cada cambio. Lo digo, porque el fracaso escolar sigue una línea ascendente, a pesar de los esfuerzos para que la estadística se invierta. Ahora, a los alumnos que fracasen se les va a premiar con una beca de mantenimiento (desde luego, hay que ver la capacidad del equipo ministerial para inventar nombres) con la intención de que no abandonen definitivamente los estudios. ¿Se quieren dejar ya de inventos, señores del ministerio? Quienes hemos estudiado sabemos que obtener una titulación requiere estudio y esfuerzo. No hay otra forma. Y mientras los alumnos no hinquen los codos, seguirá habiendo fracaso escolar. La Educación Secundaria Obligatoria (ESO) es un fracaso porque parte de unos principios de integración e igualdad teóricos, muy bonitos y elogiables, pero que llevados a la práctica no funcionan.

ABORTO

La injerencia paterna

Isabel Fernández

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No deja de ser sorprendente que la preocupación de los padres por una hija menor de edad ante una de las decisiones más dramáticas a la que pueda enfrentarse en sus cortos años sea tachada como injerencia por parte del presidente del gobierno español. Un juicio insólito e irresponsable. Algo que, de no haberlo oído, me hubiera parecido inimaginable. Si eso es una injerencia, cualquier otra ocupación o preocupación paterna ante cualquier tema que afecte a sus hijos, que siempre será más leve que un embarazo, será también una injerencia, con mucha más razón. Pero si es una injerencia la intervención de los padres, ¿cómo definir que el Estado se arrogue la educación en valores cívicos y morales con la educación para la ciudadanía, con textos y contenidos que en algunos casos implicaban un explícito adoctrinamiento, por encima o al margen del criterio de los padres?