Lectores

Acto alarmante

Pedro Javier Marín

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Vi las imágenes de la presentación de Cristiano Ronaldo en el Bernabéu y debo decir que me parecieron preocupantes y alarmantes. Había padres que llevaban a sus hijos a un acto lleno de confusión y empujones, y vi a adolescentes imitando hasta el límite el ´look´ del jugador. ¿Puede impactarte tanto alguien hasta el punto de despersonalizarte?

QUE LOS PARADOS SE ORGANICEN

El trabajo ya no es loque era

Horacio García Pacios

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Hasta León nos llega noticia de Tomás Sánchez, vecino de Talayuela, que se encadenó a un banco y amenaza con huelga de hambre en el ayuntamiento, si no le dan un trabajo. ¿Cómo va a mantener tres hijos con 400 euros de subsidio? Raúl Miranda, el alcalde, no está de acuerdo con los criterios de la Junta de Extremadura y anuncia su propio plan de empleo. Una vez más, se buscan soluciones exclusivamente laborales, tomando como dogma la centralidad del trabajo y olvidando la necesaria centralidad del ser humano. ¿Acaso los desempleados no son también ciudadanos? Sí, pero indefensos: al no estar en ninguna empresa, se encuentran dispersos y sus intereses no serán defendidos al entrar en contradicción con los de sus compañeros empleados. El problema de su desamparo se agrava porque no existe una sección sindical del desempleo. Por eso, proponemos que los desempleados se organicen como personas afectadas, y que defiendan sus derechos sin desvinculación alguna de su sector laboral; pero efectuando dicha organización y defensa a través de una sección sindical propia que atienda a sus problemas específicos.

LA POLEMICA DEL ABORTO

¿De la Vega defiendelos derechos humanos?

María Muñoz

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La vicepresidenta De la Vega comienza siempre queriendo hacer un discurso impecable e intenta convencer a los africanos de la labor que las mujeres desarrollan en países desfavorecidos diciéndoles: "La salud forma parte de los derechos humanos, sobre todo la salud de las mujeres", pero a continuación ya intenta colar su intención: "La salud de las mujeres es la salud de la sociedad entera. Porque los derechos sexuales y reproductivos garantizan la convivencia y la armonía entre mujeres y hombres" y continúa: "En la defensa de nuestros derechos y sobre todo de nuestros derechos sexuales y reproductivos, nada está permanentemente conquistado. Siempre estarán ahí los sectores más retrógrados y reaccionarios de nuestra sociedad".

Señora De la Vega, se está refiriendo cuando dice ´retrógrados´ a los que defendemos los derechos fundamentales como es el derecho a la vida del no nacido? ¿Si usted y su Gobierno que siempre tienen en la boca el mensaje del ´progreso´, por qué no van a la raíz del problema? Ayudar a una mujer embarazada a tener su hijo con cobertura económica, afectiva y social, ese sería el verdadero ´progreso´ y la verdadera ´defensa de los derechos humanos´. Si queremos evitar guerras, no queremos que muera gente, hablamos de justicia y derechos, ¿qué pasa con el derecho del niño por nacer?

INMIGRACION

No engendréis

Pedro Serrano Martínez

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A los que venís en patera, en avión o en autobús en busca de justicia y una vida mejor. A vosotros os digo que no sois culpables de haber nacido. Sólo habéis tenido mala suerte al nacer en el lugar equivocado. Tampoco vuestros padres tienen culpa alguna; ellos sólo siguieron los impulsos que la naturaleza les marcó. La naturaleza es la culpable por esa implacable e inmisericorde necesidad de propagar la especie, de perpetuarse. Pero, a pesar de su tiranía, la naturaleza también nos ha provisto de armas. Nos dio inteligencia, criterio, razón y libre albedrío. Estas son nuestras armas para defendernos de la propia naturaleza, de nuestros congeneres, de nosotros mismos. Utilizadlas.

Puede que resulte pesimista, exagerado y radical, pero, os digo: no engendréis hijos. Es la única solución. Hay que romper esta cadena interminable de dolor. No traigáis más vida a este mundo insolidario, injusto y sin derechos. Y si oís hablar de que en el mundo occidental sí los hay, no os lo creáis. Es una patraña. Los derechos y la justicia son bienes escasos y, sobre todo, los disfrutan quienes se los pueden pagar.