PARAISOS FISCALES

La lista de la vergüenza

Pedro Serrano Martínez

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Que los países del G-20 se esfuercen en su lucha contra la evasión de impuestos es, sin duda, una noticia de la que todos nos debemos alegrar. Que los paraísos fiscales manejen, aproximadamente, el 13% de la riqueza mundial, que viene a significar la evasión de 178.000 millones en impuestos, es una aberración y un fraude intolerable. Que los gobiernos consientan que exista una lista de 30 países que se prestan al juego sucio del lavado de dinero, escamoteo y fraude, da una idea del camino para conseguir una sociedad más solidaria y justa. Que muchos de esos defraudadores pasen por honrados empresarios y ciudadanos patriotas demuestra la farsa y el engaño en que, a veces, se desenvuelve una sociedad; incluso si es supuestamente democrática.

REPERCUSIONES DE LA CRISIS

Todo sigue igual

Pablo Martín López

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Estos días se cumple el aniversario del inicio de la gran recesión económica que tuvo su origen en EEUU. Todos se acuerdan de Lehman Brothers y otras entidades financieras. Los gobiernos de los países capitalistas se reunieron para intentar salvar el sistema, lo que vino a llamarse la "refundación del capitalismo". Todo ocurrió por el egoísmo y la avaricia de sus gestores y por la falta de control del mecanismo económico, ya que se pensaba que el mercado se autorregulaba.

Las consecuencias de esta crisis son conocidas, sobre todo entre los trabajadores, y especialmente en España. Estos días se habla de que lo peor ya ha pasado y que la economía irá creciendo. Pero ya no se habla de cambiar el sistema para que no vuelva a ocurrir lo mismo.

LUCHA CONTRA

LA CORRUPCION

Transparencia

Juanjo Salbia

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No hace falta esforzarse para ver cómo la corrupción se abre paso en todas direcciones; la fuerza del poder y del dinero corrompe a personas, empresas e instituciones, causando miseria entre los más débiles. La corrupción nos da vergüenza. España es un país desarrollado, democrático y solidario --eso dicen--, pero la tolerancia con la corrupción llega a los niveles más altos, mientras las acciones judiciales son mínimas y decepcionantes. Si esto ocurre aquí, ¿qué pasará en los países del Tercer Mundo, rotos y empobrecidos, sin nada en el horizonte que dé esperanza a su población? Los corruptos se siguen paseando con indiferencia ante la mirada taciturna de gobiernos, políticos y ciudadanos. Parece como si ignoráramos la fuerza de la transparencia como norma, transparencia más allá de las palabras, transparencia en todo tipo de transacciones mercantiles y financieras, transparencia en la aplicación de leyes penales no tolerantes con ningún tipo de corrupción. La transparencia es el antídoto contra la corrupción, y favorece la redistribución de la riqueza y pone un poco de esperanza para dar prioridad a la dignidad de las personas.