CARNAVAL

Ruidos, intoxicacionesy destrozos

Antonio Martín Alegría

Badajoz

Una vez que han pasado la fiesta de carnaval y que como siempre Badajoz ha sido tan popular en los medios de comunicación nacionales, más o menos como Cádiz y Tenerife --he querido ser sarcástico por si alguien no se ha dado cuenta-- y respetando a todas las murgas y comparsas que tanto han trabajado para dar color a estos borrascosos días de invierno, voy a hacer un pequeño recuento, bastante desfavorable, de los inconvenientes que se producen antes, durante y después de la fiesta de carnaval.

Antes: el ruido molesto y desagradable de los tambores de las comparsas, el cual nos acompaña durante al menos un par de meses antes de los carnavales, de lunes a viernes y aproximadamente hasta las doce de la noche.

Durante: el ir y venir de las ambulancias trasladando a intoxicados etílicos, la mayoría de ellos menores --el caso del menor de once años es el caso más inconcebible que se puede llegar a dar, tan sólo comentar que en otros países, por un caso como éste, te suspenden automáticamente un carnaval, o la fiesta que sea--.

Después: el insufrible olor a zotal que perdura en las esquinas. Así como los cristales rotos en numerosas paradas de autobuses y papeleras destrozadas --no sé por qué, a estos personajes siempre les da por romper lo mismo-- ; o la estatua de San Francisco, que como todo en Badajoz no podía durar más de dos meses sin ser ultrajada.

Cómo hace la mitad de los pacenses, sí, prácticamente la mitad de los badajocenses, por mucho que no quieran reconocerlo algunas autoridades, en los próximos carnavales emigro.

IDEOLOGIAS

La proteccióna la maternidad

Jesús Martínez

Correo electrónico

El debate sobre el futuro de las pensiones y la necesidad de prolongar la edad laboral, se basa en la dramática inversión de la pirámide de edad fruto del dramático descenso de la natalidad que afecta a todos los países desarrollados. Lo decía el destacado economista italiano Gotti Tesdeschi al observar cómo en lugar de estimular a las familias a tener hijos, se está haciendo justo lo contrario. En este contexto se enmarcan las leyes que estimulan el aborto y desprotegen a las familias, como sucede en nuestro país. No obstante, parece que la movilización de la sociedad civil contra estas leyes basadas en los postulados ideológicos de la ideología de género, empieza a dar su fruto. El pasado año fue la Comunidad valenciana la que adoptó una ley de protección de la maternidad y en las últimas semanas fue Canarias, la que adoptó otra ley que reconoce el derecho de la mujer a ser ayudada para continuar con su embarazo en caso de dificultades. Por algo se empieza.

LOS DERECHOS DE AUTOR

La información pública

J. Tortosa

Correo electrónico

Para bien o para mal, la música, las películas, los libros (ya hay más de 100.000 títulos gratuitos en internet) y todo documento que contenga información que sea reproducible y gestionable se está convirtiendo en un bien público. Es una utopía defender, a capa y espada, unos procedimientos que ya pertenecen al pasado y que han escapado del control de grupos económicos, de gobiernos y de instituciones. Pero, ¿quién pagará a los autores? Debe buscarse un mecanismo de pago, de la misma forma que se buscó la fórmula para asegurar la salud pública y las pensiones. No seré yo quien asegure que sea la misma solución, pero la ubicuidad de la información es inevitable e imparable. La realidad se impone a la incapacidad de cambio de algunos dirigentes y de la doctrina de muchas organizaciones. Quien crea que defiende al artista y al autor de una obra con intolerancia y un pensamiento anquilosado, se equivoca de lleno. La vida exige, hoy en día, gastos que van más allá del dinero que ingresan muchísimas familias, y cada vez quedan menos recursos para cine, libros y música. ¿No existe una televisión pública? Pues, tarde o temprano, deberá considerarse la creación artística como un bien público. Como también lo deberá ser la producción de alimentos básicos.