PROBLEMAS SANITARIOS

El gasto farmacéutico

Cristina Bruña Beltrán

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¡Qué falta de imaginación, la de nuestros gobernantes! ¿Que falta dinero?: se suprimen prestaciones; a grandes males, grandes remedios, y muerto el perro, se acabó la rabia. Para paliar la crisis, que el ciudadano pague más por las medicinas. La solución pasa por dispensar en la consulta la cantidad necesaria para cada tratamiento. Así evitaríamos que el botiquín estuviera repleto de medicamentos, subvencionados por el Ministerio de Sanidad, a medio consumir y caducados. Esta medida es la que se adopta en países con un índice de corrupción inferior al de España, como Holanda. Aunque entonces, claro, se quejaría la industria farmacéutica. Yo no he oído ni leído que ningún partido político haya expuesto esta sugerencia, lo que me lleva a plantearme otra duda: ¿dónde están los intereses de los políticos, en los ciudadanos o en otra parte?

LA POLITICA DE INMIGRACION

Cómo trabajar en EEUU

Amalia López

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El Gobierno español debería tomar nota de las normas impuestas por Estados Unidos a los ciudadanos que quieren ir a trabajar allí. Mi hija y mi yerno (universitarios y con experiencia) han decidido ir a trabajar un año a aquel país para formarse mejor en su especialidad. Para obtener el visado, han tenido que formalizar un aval de unos 35.000 euros, que cubre las necesidades básicas, como la manutención y el alquiler de una vivienda, durante ese tiempo. En el caso hipotético de que no obtengan un contrato de trabajo, no tienen derecho a la sanidad, que deberán pagar de su bolsillo. ¿Emplearemos entonces el adjetivo tan extendido de llamar racistas a las autoridades estadounidenses? Pues, honradamente, no. Han plicado una norma de sentido común para defender su sistema de convivencia y bienestar. El sistema español no es sostenible, ya que la larga lista del paro incluye a trabajadores inmigrantes que no tienen familiares que les puedan ayudar. Eso es como una bomba que al final explotará y nos hará daño a todos.

DENUNCIA DE PEDERASTIA

Sexo con sotana

Auxiliadora Escribano Jiménez

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Tengo 47 años y aún recuerdo cómo, a los 16, mi ingenua inocencia me fue arrebatada. No fue por los chicos del barrio ni por mi cabeza loca: me la quitó fray Antonio, el fraile que tendría que haberme dirigido espiritualmente, pero que, en vez de eso, me enseñaba revistas pornográficas. Años después, amigos que habían estudiado en el colegio de aquellos franciscanos me hablaron de los "tocamientos" de otros religiosos de aquella congregación.

Que sistemáticamente salgan a la luz abusos de curas ya no es noticia. Y que la Iglesia barra hacia debajo de la alfombra todo lo que puede es sabido por todos. Aun así, creo en la justicia y deseo que esos pederastas con sotana se sienten algún día en el banquillo de los acusados y que sus superiores (obispos, cardenales y el propio Papa) tengan la humildad de pedir --de pedirnos-- públicamente perdón por haberlos alimentado y protegido, y por haber dejado a tantos niños tan solos y asustados, cuando su deber era todo lo contrario.

REPERCUSIONES DE LA CRISIS

Vergüenza política

Carmen Guardiola Fernández

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Me pregunto si los políticos, sean del partido que sean, son conscientes de lo mal que lo están pasando millones de ciudadanos. Si estos políticos quieren recuperar mi confianza y limpiar su imagen después de tanta corrupción e incompetencia, ¿por qué no donan su salario de un año para contribuir a aliviar la crisis? Deberían hacerlo por solidaridad, por coherencia y por vergüenza.

Si quieren que recuperemos la fe en ustedes, den ejemplo. Todos aquellos que se sumen a esta drástica y ejemplar medida recuperarán el respeto de la ciudadanía y hasta la posibilidad de ganar las elecciones. Por probar, no perdemos nada. Si esto no es suficiente, entonces, sí, que suban el IVA.