Lectores

Cuatro citasla misma tarde

Joaquín León Cáceres

Badajoz

Por suerte, de vez en cuando asistimos en Badajoz a una concentración poco común de de eventos culturales. Hecho que aconteció el pasado viernes donde coincidieron cuatro actos culturales relevantes en horas similares: Conferencia organizada por Amigos de Badajoz en la sede de la Real Sociedad Económica Amigos del País, a cargo del Julio Navarro Palazón, arqueólogo del CSIC; Concierto del coro de la Universidad de Extremadura en la iglesia de Santo Domingo; Festival flamenco Porrina Badajoz, organizado por la Federación de Peñas Flamencas y por la Diputación de Badajoz; y Concierto de la Orquesta de Extremadura en la plaza Alta, evento organizado por AAVV del Casco Antiguo y la Junta de Extremadura. ¡Ojalá¡, los badajocenses y los ciudadanos de otras localidades del entorno, que no olvidemos también dejan valor añadido en nuestra ciudad con sus visitas, estuviésemos con más frecuencia en la tesitura de tener que decidir a qué evento asistir como ha sucedido en esta ocasión ante una oferta tan atractiva. Oferta, que debería estar dentro la normalidad cultural en una ciudad como Badajoz, pues aparte de ofrecer cultura también se estaría contribuyendo a dar empleos en el sector servicios. Sin embargo, todas las actividades culturales detalladas tiene un nexo en común, ninguna está organizada, ni participada por el Ayuntamiento de Badajoz, confirmándose una vez más, y a las hemerotecas me remito, la poca importancia que se le da a la Cultura por parte los gobernantes de nuestra ciudad.

REPERCUSIONES DE LA CRISIS

El sector financiero tiene que arrimar el hombro

J. C. Cano Rocha

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Los estados de la UE están tomando medidas para salir de la crisis, o al menos para paliarla, sobre todo mediante la reducción del gasto público. En España, la primera medida del Gobierno fue la de bajar el sueldo de los funcionarios, que son trabajadores que, una vez más, pagan por lo que ellos no provocaron. Esta es una medida impopular que ha tenido una respuesta de rechazo, legítima, por parte de las organizaciones que representan a este colectivo de trabajadores, y menos legítima por parte de otras organizaciones o partidos políticos que se suman a la fiesta para desgastar al Gobierno; en el caso del PP, sin aportar nada en todo lo que llevamos de crisis. Como reacción al rechazo legítimo, quienes argumentan que siempre son los asalariados los que pagan el desaguisado especulativo, el Gobierno anuncia la creación de un impuesto para los que más tienen. Esta es una medida de maquillaje para acallar a las voces críticas.

Tanto la reducción del sueldo de los funcionarios como la congelación de las pensiones, así como el posible nuevo impuesto para los ricos, son medidas que reducirán el gasto público pero que no solucionarán el verdadero problema, el paro. Los más de cuatro millones de desempleados son testigos de cómo el causante de la crisis, el sector financiero, no solo no arrima el hombro sino que sigue obteniendo grandes beneficios. Las soluciones de Zapatero no son las que necesita el país. Hay que tomar otro tipo de decisiones, pensando más en los ciudadanos. Una de ellas, coherente, razonable y humana, sería que los bancos aportaran fondos para dar una ayuda a las familias que ni tienen trabajo ni cobran el subsidio. Zapatero tiene que convencerlos de que echen una mano.

SECUELAS DEL DIVORCIO

Custodia compartida

Ana G. Campos

Correo electrónico

Cada vez son más los padres que desean involucrarse al máximo en la educación de sus hijos, y cada vez son más los estudios que demuestran los beneficios que esta implicación paterna tiene para los hijos. En los casos en que hay acuerdo, los progenitores saben hacer las cosas bien; el problema surge cuando la custodia tiene que ser compartida a la fuerza.

No comparto la idea de que vivir con la madre sea la mejor opción para los niños, ya que hay padres que pueden educar a sus hijos igual o mejor que ellas. Solo los padres y sus familias saben el sufrimiento que causa una separación, y la situación se convierte en tremenda en el momento en que las madres se creen las dueñas de ese hijo.