VISITA DEL PAPA

Zapatero,el gran ausente

Manuel García García

Zafra

Las dos jornadas que Benedicto XVI ha dedicado a España, visitando con enorme éxito apostólico Santiago de Compostela y Barcelona han supuesto para todos los fieles una brisa con que acariciar las durezas de la vida diaria y el compromiso del quehacer cristiano.

Personas de todas las edades no han tenido pereza para ocupar desde muy tempranas horas los lugares más idóneos desde los que poder contemplar la presencia lo más cercana posible de Su Santidad; o poder estrechar sus manos. La ausencia del presidente Zapatero, desplazado en la ocasión a visitar las tropas españolas en Afganistán, aún sin conocer la urgencia de la misma, ha desdibujado un tanto la visita de tan ilustre personalidad. Una vez más ha dado muestras de un ramplón talante hacia los temas religiosos y su representante de la Iglesia Universal.

Las agujas de las torres de la ya Basílica de la Sagrada Familia, apuntando bien alto como señal inequívoca del deseo de que el Cielo descienda hasta la Tierra, en palabras de su memorable arquitecto Antoni Gaudí, no han logrado el suficiente eco en el presidente, perdiéndose por completo esta vivencia colmada de gracias actuales .

QUEJA DE LA SANIDAD PRIVADA

Ir al médico yecharse a temblar

Valentín Solano

Cáceres

Soy una persona mayor, paciente crónica, pensionista y usuaria de una compañía privada. No pretendo generalizar ni mi queja quiere hacer daño a nadie, pero sí le pido un trato humanizado y unos profesionales que estén a la altura en su centro cacereño de la clínica San Francisco. Siempre hay excepciones así que el otro día me tocó a mí y a mi hija aguantar pacientemente la desgana y los malos modos de un médico y su auxiliar de enfermería que, ciertamente, no tenían su mejor día. Se nos ocurrió pedirle al doctor, si era posible, que me redujeran un poco los fármacos que estoy tomando, ya que mi tratamiento es muy prolongado y el desgaste, grande. Fue tan solo una pregunta, pero la reacción del médico y su auxiliar fue desmedida. De repente nos sentimos acorraladas sin saber muy bien qué estaba pasando: que si "¿quiénes nos habíamos creído?"; que "¿quiénes éramos nosotras para decirle lo que tenía que hacer?"; "que él era el que mandaba allí"- Al ver mi analítica detectó que mi glucemia estaba alta y, con cierta burla, me dijo que "no me recetaría ningún fármaco más, ya que él no era nadie para mandármelo". Nos quedamos sin habla y les aseguro que nuestro tono fue el correcto en todo momento. La auxiliar que estaba allí secundó la falsa ironía con sonrisitas cómplices. Nuestra queja no es gratuita y pensamos que se nos debe una explicación. Salimos de allí abochornadas e inermes. ¡Menos mal que mi hija me acompañaba! Ya paso de los 70 años y pocas veces me han hecho sentirme tan mal.

Nos gustaría saber qué les puede suceder a algunos profesionales que se erigen en casta y se sienten superiores para tratarnos así. Salimos desoladas de la consulta. Falta calidad y calidez humana en el trato. Los seguros privados --dirán que es por la crisis-- están de capa caída y cada vez se nota más que la propaganda que se hacen es pura ficción. Yo he perdido la confianza que tenía en ellos y espero en lo sucesivo ser tratada dignamente en mi consulta. Por cierto, ya he realizado la reclamación oportuna a mi compañía, ya que creo que las cosas van como van porque la mayoría piensa que esto no puede cambiar. No nos quedemos cruzados de brazos, porque mirar para otro lado no resuelve ningún problema.

COMUNICACION

Fe de errores

María José Casado no es la concejala responsable de Cultura en Cáceres como ayer se informó por error en la página 12. Ese cargo corresponde a Carmina Santos.