MALA EXPERIENCIA MEDICA

A veces hay que bajardel pedestal

Miguel A. Aparicio

Cáceres

Me he sorprendido leyendo la entrevista que este periódico ha realizado al doctor Ignacio Casado, Jefe de Neurología del hospital San Pedro de Alcántara. Y puedo jurar que todo lo que dice es verdad. Os cuento mi historia.

Hace un tiempo acudí a la consulta del doctor Casado aquejado de fuertes dolores de cabeza, cierto insomnio y pérdida de visión en el ojo izquierdo, todo ello con un estado de cansancio generalizado y cambios de humor. Un cuadro algo preocupante (yo fui de los que preferí ir directamente al especialista). Ya en la consulta y tras explicarle minuciosamente mis síntomas, sentenció, sin levantarse del sillón, que se trataba de un esguince cervical, negándose (como bien dice en la entrevista) a realizarme ninguna prueba médica (TAG o Resonancia) y derivándome al médico de cabecera. Pero como es normal, me seguía doliendo la cabeza y cada vez veía peor. Finalmente otro médico de otra especialidad (sic) me realizó una Resonancia Magnética de cabeza, donde apareció el culpable de mi estado, un tumor cerebral de casi 4 centímetros que oprimía el nervio óptico y provocaba daños en la hipófisis. Por desgracia y por no haberlo podido coger a tiempo era demasiado grande para ser tratado y me tuvieron que operar. Gracias al doctor Francisco Trujillo Madroñal y a todo su equipo de IENSA de Sevilla y al doctor Roberto Martínez de Radiocirugía Gamma de la Ruber Internacional de Madrid, hoy estoy en proceso de recuperación, con alguna secuela, pero mejorando.

Me gustaría pedirle al doctor Casado que en ocasiones hay que bajar del pedestal donde nos subimos y recordarle que trata con personas enfermas.

POLITICA

Las cuentas y los cuentos

Ignacio Caballero Botica

Correo electrónico

Una estadística en manos de un político es sinónimo de manipulación. Lo hemos padecido en los últimos años en múltiples ejemplos, pero el de las manifestaciones callejeras ha sido el más sangrante por la diferente forma de contabilizar de unos y de otros. El pasado 22-M hubo una estadística aplastante, ante notario y que tuvo forma de referéndum. Un millón de personas nos manifestamos en las urnas en contra de todas las opciones políticas existentes. Haciendo balance, los ganadores no conseguirían la mayoría absoluta en las generales y eso les llevaría a tener que desempolvar el catalán en la intimidad. Mientras tanto, los perdedores tienen que revisar sus principios. Ese millón de votos se revela como decisivo para unos y para otros. Ojalá surja la opción política que de verdad nos haga llenar ese sobre con una opción política que no sea más de lo mismo.

MOVIMIENTO DE LOS INDIGNADOS

Cambios necesarios

J. Nieto

Correo electrónico

Si los indignados quieren cambiar las cosas, que piensen que no se puede cambiar solo una parte, la que nos interesa, y no tocar lo demás. Para ganar el futuro se ha de renunciar a cosas del presente. Se ha de concretar qué es lo que queremos cambiar; de lo contrario, todo se difuminará y perderá sentido. Si estamos convencidos de cuáles son los objetivos, somos capaces de aceptar renuncias y tenemos claro que el proceso será largo, adelante. Quien lo intente no será un iluso iluminado, sino la persona que antepone los valores éticos a los económicos. Será alguien solidario y con la conciencia de luchar contra las injusticias que afectan a una sociedad maleada por el dinero. Habrá llegado el momento de que la educación, la cultura, el bienestar social y los valores humanistas prevalezcan en una sociedad occidental que consiguió avances espectaculares en los derechos civiles después de la segunda guerra mundial y que a partir de las últimas décadas del siglo XX entró en una recesión ética y moral. Adelante, pero con concreción, paciencia y resistencia.

LA ACTIVIDAD POLITICA

Ejemplo de Sócrates

Pilar González Rodríguez

Correo electrónico

Tras la debacle electoral de los socialistas portugueses, su líder, José Sócrates, dio un ejemplo de dignidad democrática. No buscó excusas de mal perdedor, ni se refugió en palabras huecas: asumió su responsabilidad personal en la derrota, cogió los bártulos y se fue a su casa. Es un buen ejemplo para otros que se aferran al coche oficial, al sueldo vitalicio y a la poltrona por encima de derrotas democráticas en las urnas y del interés general del país. ¿No es así, señor Zapatero?