CONSECUENCIAS DE LA CRISIS

Indignado con losresignados

Joaquín García Mayo

Alburquerque

Estoy indignado hasta donde no pueden ni imaginarse con los miles de resignados que están sin protestar por tener que sufrir las consecuencias de la crisis mundial que han creado los especuladores de los mercados en colaboración con los bancos en el sector inmobiliario, cuyos directivos tienen la poca vergüenza de repartirse millones de euros todos los años, a pesar de la crisis que padecemos, mientras que millones de trabajadores están en el paro.

Entre los unos y los otros nos han llevado a esta situación de crisis sin precedentes en la reciente historia, y en cuya génesis contó con la colaboración del gobierno de José María Aznar que en 1996 tuvo la feliz idea de liberalizar el precio del suelo en España. Esta medida ha servido al sector inmobiliario para crear una burbuja con la que se han enriquecido unos cuantos de miles de aprovechados a costa de todo lo que estamos pasando. Y aunque no tengo nada que ver con los jóvenes del movimiento del 15 de mayo, sí me solidarizo con ellos y me indigno con los resignados por no protestar ayudando a sus hijos y nietos contra los sectores que nos han llevado a esta situación de crisis que estamos sufriendo.

CRITERIOS POLITICOS

Estoy desconcertada

Maite Pujol

Barcelona

Por un lado, oigo y leo que Cáritas está desbordada en dar primeros auxilios, alimentos, a los más necesitados. Sus comedores no dan abasto, y por otra, oí que la Comisión Europea limitará su aportación a los Bancos de Alimentos pasando de 478 millones de euros de este año a 113 millones. Estoy desconcertada porque no puedo entender con que criterio se adjudican estas aportaciones. ¿Político? porque humanitario no y sentido común, tampoco. ¿Piensan, señores políticos, en los sueldos que cobran y la cantidad de ayudas que se dan a planes de poca monta, que ni dan trabajo ni mejoran la sociedad?

RECUERDOS

Las basas de la plazade Villanueva de la Vera

Antonio Morcuende

Correo electrónico

A finales de abril, estuve en Villanueva de la Vera y me llevé una gran satisfacción al ver lo bien que estaban quedando las reformas de la plaza de Aniceto Marina. Igualmente me ilusionó muchísimo volver a ver al descubierto las basas de las columnas de granito del portal de la posada de mi tío Bernardo, hermano de mi abuela materna.

Hacia finales de los cuarenta, cuando tenía 7 u 8 años, vi por primera vez las basas; estábamos en la plaza mi amigo Pepo Marcelo que en paz descanse y yo, observando cómo quitaban con palancas de hierro unas piedras que estaban junto a estas columnas, al quitarlas aparecieron dichas basas enterradas, las que siempre he recordado como a una naranja pelada, las cuales volvieron a tapar con otras piedras. En este portal, junto a la pared de la posada, había un gran poyo de piedra, donde estaba sentado con su cayada un anciano que vivía en la calle Obscura; éste nos contó que estas columnas redondas de granito con sus basas y capiteles con los escudos de los Zúñiga, fueron traídas por su abuelo del templete que hubo con cuatro columnas en un antiguo cementerio, situado entre el camino de las Callejas y el cauce de Lancho Gordo, finca que pertenecía a los padres del maestro don Baldomero; casi en frente se bifurca el camino que baja al de la Fuente Castañar.

También nos contó que en ese desaparecido cementerio, enterraban sus difuntos los vecinos de la abandonada aldea de la Mesa, desde donde acudían con sus difuntos a la antigua ermita de San Justo y Pastor del Cerro (Casas Viejas), y al terminar la ceremonia fúnebre, retornaban hacia su aldea y los enterraban en ese cementerio. Una de estas columnas está más desgastada que la otra, debido a que durante muchos años los carniceros de la plaza afilaban y sacaban punta a los cuchillos. En sus capiteles estaban los escudos de armas de los Zúñiga de Valverde de la Vera, señorío a quien pertenecieron las aldeas que formaron Villanueva. Estos escudos fueron picados en la República ser considerados símbolos de colaboración monárquica. Este acontecimiento no deja de ser una página rota de la historia de Villanueva.