En estos días reconocemos el mérito al libro dedicándole una jornada, y esto debía llevarnos a hacer una reflexión. Con el surgimiento de la nueva sociedad de la información hay que buscar nuevos retos, y las bibliotecas son un buen campo para que en este mundo globalizado el acceso a la información y al conocimiento sean las mejores oportunidades para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos. Hay por tanto que reformular las bibliotecas y hacerlas vehículos de circulación, además de conservación. Un buen camino en este mundo globalizado debe ser poner los medios para que el acceso a la información y al conocimiento sean las mejores oportunidades para la buena marcha de la convivencia. Los grandes problemas sociales surgen de grupos de personas sin la formación suficiente, y de ahí, las muestras incívicas y de urbanidad de algunos grupos a los que en algunos casos, es la propia vida la que no le ha dado las oportunidades suficientes para comportarse de forma respetable consigo mismo y con los otros. La cultura es parte fundamental de la vida cotidiana de los chicos y chicas, pues sus actividades se reestructuran alrededor de los nuevas herramientas y el uso de ellas. De hecho los agentes de socialización tradicional (la escuela y la familia) se encuentran influenciados por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Las bibliotecas son los espacios indispensables para paliar la disparidad en las posibilidades de acceso a la cultura, las conocidas diferencias en ingresos, salud y la educación. Hay que impulsar la utilización de las bibliotecas e incentivar esas nuevas herramientas que bien usadas serán sin duda un campo abierto a la formación y al conocimiento que sirva de complemento en algunos casos y de incorporación en otros de aquellos que no hayan tenido la posibilidad de adquirirlos en su tiempo. Para llevar la cultura a todos los barrios hay que usar tres ejes: uso comunicativo, inserción sociolaboral, y formación. Y esos tres ejes bien orquestados harán que los jóvenes acuden en busca de entretenimiento y diversión, para aprender informática y ampliar sus posibilidades de acceso a la información a través de internet. Debemos conseguir que en estos lugares se den citas personas de generaciones e intereses diversos talleres de jóvenes y de adultos sin olvidar a los más pequeños.

A esto habría que añadir la figura del dinamizador que será quien acompañe a los jóvenes a estos centros y los orientará en función de la situación de cada uno. La calidad de vida de los ciudadanos depende en buena medida de la atención que se presten a sus espacios culturales y de la capacidad de gestión de los políticos que sean responsables de que funcionen con las mínimas garantías que requieren esos espacios encaminados a construir una sociedad cada vez más formada, respetuosa y democrática.