Autor teatral

Recién llego de Madrid, con un vaivén en el alma y un traqueteo del cuerpo. El vaivén es sueño de futuro, y el traqueteo son suplicios bailongos de un Talgo pensionista que exige un último viaje hacia un apartamento soleado de Benidorm. ¡Ave!: Cosas de la edad.

Como siempre que, como que me pierdo, esta vez en Madrid --en su tentáculo de Leganés-- no mata, sino que intenta revivir la vida a través de la palabra. Ha sido el Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo quien nos citó para hablar y debatir entorno a "La llegada del otro al imaginario infantil y de la adolescencia". Nadie, que no tenga idea de lo que va la cosa, podrá imaginarse nunca del alcance de este sueño. Pepe Monleón se cagará en mis ancestros por aludir a lo onírico, en su realidad de alquitrán: De ese camino nace la necesidad de su respuesta. Llegar puede ser la finalidad de una meta, pero la salida de un camino de intolerancia, racismo e incomprensión.

Llegar es mirarse en el misterio de las respectivas presencias para consensuar el grado de dioptrías con el que queremos vernos. Quien conozca a Monleón sabe que de sus cojones para luchar por un proyecto en el que se juega su compromiso y su bastón.

"La llegada del otro..." es la simiente de una cultura por la paz, la tolerancia y la convivencia, que espera dar sus frutos, de niños y adolescentes, que son el verdadero terreno, para una sociedad de mezcolanzas y diversidades. "La guerra que sufrimos todos es el resultado de la cultura de la oposición de ideas sobre el otro", declara Monleón. Mirarse en claroscuros, encontrarse en juegos ni presentidos, cantarse en letras bellas y distantes, es dar la bienvenida al otro , para los que los demás serán otros otros .

No hay nada más chinche que la manta llena, y una bienvenida sin paternalismos, para lo que llegan a nuestra existencia, que ya son nuestras. Extremadura, Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha, Valencia y Madrid esperan ansiosos "la llegada del otro" para ni siquiera darse cuenta. El otro somos todos.

Hoy Extremadura es puerto, pero ha sido partida sin fin: trozos de añoranza embaladas que sintieron la soledad de ser otro . Nadie como esta tierra sabe del desarraigo y de una llegada en ningún jodido imaginario que sea cual fuere. A través del IITM y de la Consejería de Cultura, Calamonte, Olivenza, Mérida, Cáceres y Talayuela, en sus respectivos colegios, dan caña a la imaginación de niños y adolescentes, porque reciben al otro. Narradores --El Teatro del Duende-- tratan de provocar a los chavales a través del cuento, una mirada de justicia. También tienen la palabra, para que narren; los dibujos para que se pinten a ellos y a los diferentes. Pero sobre todo a los profesores de estos centros, que han querido acoger la llegada de este hermoso programa, que no quiere ser otra cosa que un asidero de futura convivencia.

Monleón se preñó del Instituto del Teatro del Mediterráneo en Mérida. Su retoño ha sido reconocido por la ONU. Veinticuatro países --africanos, europeos y del Mediterráneo Oriental-- lo miman. Hoy es abuelo de este hermoso programa de "La llegada del otro al imaginario infantil".

No a la guerra .