Llueve, por fin, llueve, llueve con la alegría de estarla esperando, llueve y a ratos sale el sol para recordarnos la necesidad que causa su falta.

Hemos sacado los paraguas con la misma intensidad que lo hacíamos en el colegio al ponernos las botas katiuskas. ¡Qué llueva! ¡Qué el agua nos caiga encima! El agua no nos frena.

Ayer exactamente ocurrió eso, mientras llovía en Mérida, mientras a veces el sol parecía verse, en la plaza de España, con una energía extraordinaria estaban allí, defendiendo las pensiones de este país, como lo habían hecho con sus familias durante la crisis, allí estaban los pensionistas altavoz en mano con una fuerza que inundaba el espacio.

Vistos generalmente por la sociedad como un sector pasivo estaban allí demostrando que están más activos que nunca, dispuestos a gritar alto y claro lo que es justo: unas pensiones dignas, justas. Los mismos que habían luchado por ver crecer el estado del bienestar en este país ahora vuelven a hacerlo y los vi con la mismas ganas. Su reivindicación es la nuestra.

El gobierno de España, Montoro para ser más preciso, ha pretendido hacernos un juego de magia con las cartas como los que nos hacíamos las amigas en la piscina municipal durante el verano, ha prometido una deducción en el IRPF para los jubilados, si tenemos en cuenta que el 63 por ciento de ellos están exentos de IRPF. ¿A quién pretende engañar? ¿O beneficiar? ¿A los que más tienen?

Por cierto, juego de cartas y truco fue el de enviar una anunciando subidas en las pensiones iguales al importe del papel, el sobre y el coste de enviarlas.

Esto me suena al gran anuncio del Talgo para Extremadura, este primer viaje al pasado que ayer se producía terminó como se esperaba, con 16 minutos de retraso como consecuencia de un trazado de las vías viejo y deteriorado.

¿Pero a quién pretenden engañar desde Madrid? ¿Pero por qué ante las reivindicaciones y concentraciones el Gobierno del Partido Popular no se le ocurren más que soluciones engañosas y chapuceras?

No dejo de pensar en Celia Villalobos mientras afirmaba que ahorrando al día un joven dos euros estaría preparando su pensión.

Me pregunto seguidamente si esos jóvenes serán aquellos que según su partido tenían espíritu aventurero y ante la falta de oportunidades en este país, estaban obligados a marcharse.

Creo que los jóvenes y los pensionistas de este país merecen mucho más, al menos, respeto.

* Filóloga y diputada del PSOE