Dramaturgo

Que me tiro de risa, vamos, que me escogorcio, pues no que me viene mi instalador de puertas automáticas con un impreso en el que la Unión Europea (de los...) obliga por normativa a cambiar todos los mandos a distancia y mecanismos de apertura y cierre so pena de cinco millones de pesetas de multa (lo digo en pesetas porque estoy hasta los..., de hacer cuentas en euros). Y pregunto, ¿afecta también a los mandos a distancia que usa ETA para sus bombas automáticas o a esos cafres se les va a hacer otra excepción, como lo hace la Uned (de los...) para darles títulos universitarios mientras están en la cárcel tocándose los...?

Me van a perdonar tanto los..., pero es que estoy hasta los..., ante tanta memez europea que saca normativas hasta para el ancho de los botones de las braguetas y es incapaz de evitar que un petrolero pirata y cabrón nos lleve a la ruina. Una memez que permite la indefensión de los ciudadanos ante la rapiña de la banca, la basura de los medios de comunicación, las intoxicaciones medicinales, las radiaciones de centrales como Almaraz o el mamoneo del redondeo del euro que nos va a llevar a las épocas más tristes de nuestra economía. Una Unión Europea incapaz de hacer que la Europa de la cultura se ponga por encima de la de los mercaderes, por mucha Fundación Europea de Yuste que queramos impulsar y que es el ejemplo vivo de una agonía, la agonía cultural de la Europa de Berlusconi, del patriotismo de Trillo o el deseo de guerra de Blair.

Pero tranquilos, amigos, porque, por lo menos, estamos a salvo de radiaciones nocivas emitidas desde los mandos a distancia de nuestras puertas automáticas, lo que no deja de ser un consuelo y un respiro y una tranquilidad, y un todo...