A lo largo de los años, he podido observar como la izquierda pretende apoderarse de conceptos y utilizarlos como propios, para atacar a todo aquel que no comulga con sus ideas. Lo hemos podido ver cuando han pretendido adueñarse de todo lo que tuviera que ver con temas sociales, como las pensiones o la renta básica. Sin embargo, en los hechos, podemos comprobar cómo ha sido el PSOE el único gobierno que congeló las pensiones, o cómo el PP de José Antonio Monago fue quien aprobó la Ley de Renta Básica.

Siguiendo con esta estrategia de apropiación de conceptos, la izquierda de este país, y de toda Europa, se ha adueñado también de la lucha de las mujeres por conseguir la igualdad real de derechos con los hombres.

Soy mujer, soy del Partido Popular y soy feminista. Pero yo prefiero quedarme con la definición que del feminismo hace la Real Academia Española «principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre». Leyendo las reivindicaciones por las que estas asociaciones y partidos de la izquierda justifican la huelga del día 8 de marzo, confirmo mi opinión sobre las intenciones partidistas que se sitúan alrededor de este día.

Una de ellas es la de incrementar el presupuesto en los casos de violencia machista. Curioso que el PSOE de Extremadura reivindique algo que ha estado en su mano hacer y no ha hecho. Pues no solo ha recortado el presupuesto en violencia de género en esta legislatura en Extremadura, sino que, de lo presupuestado, apenas ha ejecutado nada.

Soy más partidaria de ese feminismo que definió muy bien en su día Marie Curie: «Nunca he creído que por ser mujer deba tener tratos especiales, de creerlo estaría reconociendo que soy inferior a los hombres, y yo no soy inferior a ninguno de ellos».

La lucha por la igualdad de género real debe ser conjunta, de mujeres y hombres, y no de mujeres contra hombres. Suscribo absolutamente la idea de que el feminismo no es solo para las mujeres, es permitir que todo el mundo tenga una vida más llena. Eso es para mí el feminismo con mayúsculas, y por ello trabajaré cada día, para enseñarle a mi hija que es diferente a su hermano, pero que tiene los mismos derechos y deberes que él.