Nos encontramos inmersos en unos tiempos complicados, cargados de incertidumbres y quebraderos de cabeza que, a veces, desembocan en la desesperación. La crisis afecta a las expectativas de futuro, la ilusión se ha transformado en pesimismo, y de la noche a la mañana lo blanco es negro. La sociedad está desorientada, la educación va de mal en peor y tenemos a unos jóvenes que vivirán peor que sus antecesores.

Fruto de esta situación resulta normal el hecho de oír en la calle una sola palabra: indignación. Sin embargo, percibo que esa indignación aún no está madura. A todos nos incomoda la actual situación. Siendo así, ¿por qué no luchamos? ¿Por qué no debatimos, hacemos propuestas y entre todos avanzamos como país? ¿Podemos permitirnos seguir durmiendo? Conocemos la respuesta, y EL PERIODICO, también. Por eso impulsa una iniciativa que intenta buscar soluciones para la reforma electoral y política, y promueve cauces de diálogo entre las partes implicadas: expertos, políticos y, sobre todo, los ciudadanos.

He tenido el honor de participar en uno de los coloquios, donde pude expresar mi opinión y oí la de los demás. De todo y de todos se aprende, y más yo, que tengo 16 años. En mi entorno veo poco interés por solucionar los problemas, pero dicha reunión me hizo darme cuenta de que hay gente dispuesta a conseguir mejores condiciones de vida. El camino está trazado. Sigámoslo; eso sí, entre todos.

Guillermo S. Torrents **

Correo electrónico